Ciclismo

Contador acaricia la medalla de bronce

  • El otro español en liza, el campeón olímpico en ruta, Samuel Sánchez, finalizó en sexto lugar

Alberto Contador acarició el podio de la contrarreloj de los Juegos de Pekín y se quedó a nueve segundos de un bronce que hubiera sido el segundo del ciclismo español en una prueba en la que mandó el suizo Fabian Cancellara, el gran dominador de la disciplina.

Al de Pinto le bajaron del podio el helvético, el sueco Gustav Larsson y, sobre todo, el estadounidense Levi Leipheimer, su compañero en el Astana, que explotó las referencias en la última parte del recorrido y acabó colgándose el bronce por nueve segundos.

Nueve segundos malditos que se gestaron en la última parte del duro recorrido de la crono de 47,3 kilómetros disputada a los pies de la Gran Muralla. El de Pinto estuvo en tiempos de medalla durante todos los puntos intermedios de cronometraje. Menos en la meta.

Fue pasando del oro que tenía a los diez kilómetros a la plata que le correspondía a los 23,5, cuando le adelantó Cancellara. A los 34,6 kilómetros era bronce, porque el sueco Larsson echó el resto y en la meta fue el estadounidense Leipheimer quien le apeó del podio.

Contador fue de más a menos y acabó reventado. Los últimos diez kilómetros fueron su tumba. Allí se dejó una renta de 34 segundos sobre Leipheimer. La había atesorado en los tramos en cuesta del recorrido, las rampas de hasta el nueve por ciento. Pero le faltó regularidad y se quedó cuando la carretera se ponía cuesta abajo, terreno de especialistas.

El seleccionador, Francisco Antequera, había avisado de que la mayor amenaza para Contador era que le faltara el punto de forma que da el Tour. No se equivocó. El madrileño no corrió la ronda gala y le faltó ese rodaje. Pero su cuarto puesto es un buen augurio para la Vuelta a España, su próximo objetivo.

"Lo siento por la gente de España y de Pinto, que sentía cómo me empujaban", afirmó Contador nada más cruzar la meta. Alivió su decepción con optimismo y consuelo. "La contrarreloj no es mi especialidad, pero voy a más. Estoy satisfecho".

El madrileño se quedó a las puertas de una segunda medalla del ciclismo español en Pekín tras el oro de Samuel Sánchez en la prueba de fondo. Hubiera sido la cuarta presea olímpica en ruta tras la de Sánchez y las dos logradas contrarreloj en Atlanta, el oro de Miguel Indurain y la plata de Abraham Olano.

Suiza no tenía ninguna medalla en la crono olímpica hasta hoy. Cancellara, bronce en la prueba de fondo, voló de nuevo por la Gran Muralla. Era el máximo favorito y no decepcionó. Suma el oro olímpico a su maillot con mangas arcoiris que le acredita como campeón del mundo contra el crono. Es el mejor de la disciplina y quiso mostrarlo.

El alemán Stephan Schumacher le había arrebatado las dos cronos del pasado Tour y estaba dolido. Se sacó la espina. Le dobló.

El suizo aventajó en 33 segundos a Larsson, un sueco de 27 años y cara de niño que no entraba en ningún pronóstico. Como Cancellara, pertenece al equipo CSC, el mismo que dominó el pasado Tour, aunque no estuvo en Francia. Fue 14 del pasado Giro y no tiene grandes triunfos. Le sigue una fama de solitario, de individualista, de poco amigo de los equipos. Su plata de Pekín es su mayor éxito.

El hombre que arrebató el bronce a Contador fue su compañero Leipheimer. Fue tercero como en el Tour del 2007, el que ganó el de Pinto por delante de Evans. En aquella ocasión se metió en el podio gracias a la última contrarreloj. En Pekín aprovechó la última parte de la carrera para subir al cajón.

El ciclismo español se va con un buen balance de la prueba en carretera. Samuel Sánchez, que partía con menos presión tras haber ganado el oro en la prueba de fondo fue sexto por delante de muchos especialistas, un diploma olímpico que testimonia su gran momento de forma.

"Me voy contento con mi medalla", aseguraba el asturiano en la meta. "Hoy era un recorrido duro, pero había tramos en los que los especialistas salían beneficiados", afirmaba.

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