José González es el nuevo entrenador del Córdoba. Hereda el cuerpo técnico de Paco Jémez y ha firmado hasta junio, aunque renovará por un año más si el equipo se salva. Ayer se presentó en sociedad con un traje impecable, una llamativa corbata a rayas, el propósito de no cargar de "ansiedad" a un grupo "muy golpeado en el aspecto psicológico" y el deseo de certificar la permanencia, aunque sea en la última jornada, para mantenerse al frente de un equipo que "puede crecer y aspirar a más".

La cúpula del club apoyó al gaditano en el acto de presentación. En el desfile hacia los micrófonos, fueron pasando el director deportivo, Emilio Vega; el presidente, Rafael Campanero, el protagonista del día; el vicepresidente y portavoz, Antonio Rodríguez Carretero, y el director general, Rafael Rojas. Como una familia bien avenida.

Campanero tomó la palabra para indicar que "recibimos con mucha ilusión a nuestro nuevo entrenador, y esperemos que a final de temporada cubramos el objetivo que nos marcamos al principio. Ya dijimos que iba a ser una temporada muy dura, muy fuerte".

Por su parte, Emilio instó a "dejar de ser negativos", pues "dependemos al cien por cien de nosotros mismos y se abre una nueva historia en este libro. Por parte del club es con toda la ilusión del mundo y una confianza ciega" en el flamante inquilino del banquillo, de quien destacó "el conocimiento que tiene de la categoría y de la plantilla". Quedan "casi tres meses, un tiempo prudencial para solventar la situación", y "se le recibe con mucha ilusión, mucha fe y mucha confianza en que lo puede sacar adelante".

cree en la plantilla

José González esperó su turno con el ceño fruncido. Y en su primera intervención expuso que "desde el primer momento en que se pusieron en contacto conmigo mostré mi predisposición, fundamentalmente porque veía un objetivo que se podía acometer. He tenido posibilidades de trabajar y no lo he visto de la misma forma. No me gusta engañar a nadie". Piensa que "el equipo tiene posibilidades, es competitivo, siempre se ha mostrado como un equipo difícil de batir. Si se cuidan algunos detalles, se pueden cambiar algunos resultados. Creo en esta plantilla y en el trabajo que se ha hecho hasta ahora. El trabajo del entrenador anterior también ha podido estar falto de fortuna. Espero contar con la fortuna que le haya podido faltar".

otro gol, ahí le duele

González fue precavido en su análisis del Córdoba, aunque tiene referencias para emitir un diagnóstico fiable. Y proyectar remedios. "A veces, los números son demasiado fríos y pueden llevar a engaño, pero a mí me llama poderosamente la atención los goles encajados como local. En esta categoría, los equipos se basan en su trabajo como local y luego destacan o no en la clasificación por lo que puedan hacer como visitantes", subrayó. Como contraste, "el domingo nos enfrentamos a un equipo que como local le hacen muy pocos goles, y saca muchísimo rendimiento a los que consigue. El Córdoba ha hecho muchos goles, pero también ha encajado muchos".

cuestión de coco

Paso a paso. José estima que "lo último que debe tener el equipo ahora mismo es ansiedad. Si hay que conseguir la permanencia en la última jornada, el tiempo lo dirá, pero el equipo va a enfrentar cada partido con la mentalidad de buscar los tres puntos y conseguir resultados". Por lo tanto, "no me marco metas más allá del próximo domingo: trabajar esta semana para encarar el partido del Castellón con las mayores garantías, y así sucesivamente. Si consigues antes la meta que todos deseamos, mucho mejor, pero no voy a ser yo quien le meta ansiedad a un grupo que lo está pasando mal porque se ha visto con muchos resultados indeseados, que no se ha merecido en algunos casos y en otros sí".

bloque y convicción

"Mi filosofía de juego es la que deseamos todos los entrenadores: crear más ocasiones de gol que el contrario y que el porcentaje anotador lo marque la calidad individual de los futbolistas. Me gusta el equilibrio, que mi equipo se comporte como un grupo, que la palabra equipo se escriba con mayúsculas, que todos trabajen con un fin común y que cuando acabe el partido, por encima del resultado, se haya demostrado que sobre el terreno de juego había un equipo que sabía a lo que jugaba". Fue explícito a la hora de diseccionar su método.

¿por dónde empezar?

González no quiere irrumpir en el vestuario como un elefante en una cacharrería. Con su verbo pausado arguyó que "hay que hacer de todo un poco pero de una manera equilibrada, porque tampoco hay que entrar queriendo cambiar absolutamente todo. El equipo tiene muchas virtudes, y también sus defectos. Habrá que trabajar de todo, pero con tacto, porque a veces, por intentar hacer muchas cosas, se consigue el efecto contrario: no transmitir ninguna".

vivir del presente

A partir de hoy afronta una nueva etapa en su carrera. Si hace los deberes seguirá en el cargo, con este cuerpo técnico o con el suyo propio. Pero "lo que me interesa ahora mismo es el Castellón, y no el cuadro técnico del año que viene, porque a lo mejor la directiva considera que hay otro entrenador que lo puede hacer mejor. En el fútbol hay que vivir del presente inmediato". No obstante, no ocultó sus expectativas como responsable de "un equipo en crecimiento, que el año pasado estuvo unido en todos los estamentos y consiguió un logro muy importante. Es muy importante para un equipo estar en la categoría profesional y no vivir la Segunda B. En estos momentos se enfrenta a un momento difícil, que puede marcar el futuro del club. Un club como el Córdoba y una ciudad como Córdoba deben estar en Segunda como mínimo".