El Ars sigue sin levantar la cabeza fuera de El Pandero, donde no ha sumado ningún punto. Los palmenos perdieron ante un rival directo por la permanencia como es el Villa de Aranda y vuelven a los puestos de descenso tras el triunfo del Cangas ante el Academia Octavio (28-26). Los de César Montes sufrieron una remontada más y los dejaron sin una victoria que se merecieron durante gran parte del partido.

El encuentro lo tuvo todo: igualdad, intensidad, emoción y alternativas para los dos recién ascendidos, que una vez más se volvieron a ver las caras, aunque en esta ocasión en la máxima categoría. Ambos conjuntos empezaron imprimiendo un fuerte ritmo al partido y tanto Lubo Vermirovsky como Kike Plaza, auténticos baluartes ofensivos de sus respectivos equipos, comenzaron a despegarse en el aspecto anotador.

La igualdad fue la tónica dominante durante los primeros compases y César Montes apostó mediada la primera parte por variar su táctica defensiva, ordenando a sus hombres marcar de manera especial a Diego Camino y Kike Plaza. Y la apuesta le salió bien al técnico cordobés. A partir del cambio defensivo, el cuadro palmeño empezó a secar el juego de los arandinos y no sólo redujeron la escueta ventaja conseguida por el Villa de Aranda, sino que consiguió dominar el juego en los últimos diez minutos y marcharse con tres goles de ventaja a los vestuarios (13-16).

Tras el descanso, los de César Montes siguieron desplegando una defensa muy abierta frente a la que el Villa de Aranda no supo responder a pesar de los cambios efectuados en la parcela ofensiva. Los de Magí Serra tampoco eran capaces de parar el envite de los cordobeses y en los primeros cinco minutos de la segunda parte, el Ars se vio cinco arriba en el marcador.

Parecía que el cuadro palmeño ya tenía el partido en el bolsillo, pero mediado el segundo tiempo los burgaleses volvieron a mostrar su mejor visión y Diego Camino y Kike Plaza asumieron de nuevo los galones para dar la vuelta al partido. Con un parcial de 6-0 y un Javi Díaz inspirado bajo palos, los arandinos pusieron de nuevo el empate en el marcador cuando todavía quedaban diez minutos para el final. A partir de ese momento, el partido terminó de volverse loco y el Villa de Aranda supo aprovechar mejor sus opciones frente a un Palma del Río que perdió sus señas de identidad en los últimos compases. A falta de tres minutos, Hugo Garza puso a los locales dos goles arriba y firmó la sentencia del Ars.