Los dos llegaron a Córdoba de Segunda B. De la mano de Javier Zubillaga. Sin un gran currículo, pero con un importante margen de progresión. Coincidieron durante el curso 2010-11, el segundo de Lucas Alcaraz al frente del equipo, un año que acabó con más luces que sombras y que fue muy distinto para cada uno de ellos. Charles se erigió en el máximo goleador blanquiverde con 15 dianas después de que el técnico granadino lo sacara de la banda para colocarlo arriba; Oriol Riera acabó siendo su compañero en las tareas ofensivas, haciendo el trabajo de desgaste y anotando 6 tantos. El tiempo ha acabado confirmando que el potencial que apreció en ellos el entonces director deportivo era real. Lástima que ahora no estén defendiendo al CCF. Porque ellos tienen, precisamente, lo que más le falta al conjunto de Berges: gol. De hecho, con nueve en 16 jornadas, lideran la tabla de pichichis de la categoría junto al primo del brasileño, Yuri (Ponferradina).

Pero, ¿por qué no siguieron en El Arcángel? Muy sencillo. Oriol se marchó en verano de 2011 tras no entrar en los planes de Paco Jémez y Luna Eslava, pues estaba renovado por partidos. Querían otro delantero diferente que se sumara a Charles, Pepe Díaz y Patiño. No querían un nueve referencia. Y por eso al final trajeron a Sebastián Balsas (¿?) por el doble de lo que percibía el catalán. El caso del jugador de Belem es diferente. Acabó contrato el pasado verano y decidió marcharse al Almería después de que el CCF no le hiciera una oferta de renovación que satisficiera sus necesidades, sobre todo económicas. El caso es que los dos son protagonistas principales en sus equipos. El Alcorcón es tercero tras golear a la revelación de la categoría (el Girona) con un gol de Riera; el Almería, segundo gracias en parte al triplete de Charles en El Sardinero. Parece claro que ambos tenían fútbol de sobra para haber seguido dando lecciones sobre el verde de El Arcángel.

Uno que va para primera

El Elche va camino de ascender en marzo. Tras 16 jornadas, suma 38 puntos -sólo se ha dejado diez- en su casillero con una solvencia demoledora, sobre todo en el Martínez Valero, donde lleva 24 de 24. El ritmo le asegura al menos una plaza en el play off cuando aún no ha acabado el año. El último en probar su fortaleza ha sido el Villarreal, que cayó con un gol de Coro, en un partido que dejó la grata noticia del regreso a los terrenos de juego de Linares. El delantero tuvo una presencia testimonial -relevó a Carles Gil en el 89'-, pero se sintió enormemente feliz. Eran sus primeros minutos tras nueve meses de interminable lesión.

En el otro bando, la derrota ha dejado en una posición más que delicada al entrenador, Julio Velázquez. Porque el Villarreal, superfavorito al ascenso directo, está ya a 11 puntos del líder y a siete del segundo. Un mundo para un proyecto de Primera. Si no hay novedades, el Alcorcón evaluará al submarino el domingo. Ahí podría morir el crédito de un técnico que no ha tenido el respaldo y la confianza del club desde el primer momento. De hecho, tras promocionar del filial al final del pasado curso y no evitar el descenso, Roig y Llaneza apostaron por Preciado. Al final, el trágico fallecimiento de éste le dio la oportunidad de seguir.