El Prasa se ha ido de vacaciones como campeón de invierno, líder con 20 puntos y dos de ventaja sobre su más inmediato perseguidor. Pese a que las estadísticas de la última década dicen que todos los equipos que llegaron a esta situación acabaron ascendiendo, en Pozoblanco siguen siendo cautelosos, y de ello se encarga su entrenador, Paco Castillo, curado de espantos tras toda una vida en los banquillos.

-¿Le ha dado tiempo ya a analizar la situación?

-Ir primero a falta de un partido para el final de la primera vuelta quiere decir que tienes un cierto nivel, pero se está cumpliendo lo que decíamos al principio del año, que no se veía ninguna plantilla muy superior y que habría hasta ocho equipos con opciones de meterse entre los cinco primeros. Hemos sido capaces de ganar en algunas canchas difíciles, aunque también nos hemos dejado puntos con equipos que no son de la zona alta, lo que habla de la igualdad de la categoría. Evidentemente, el balance es positivo, porque si al principio de la temporada nos dicen que a estas alturas íbamos a estar ahí, lo hubiéramos firmado. Además, cada vez estamos más esperanzados en mantener esa posición.

-¿Está rindiendo el equipo incluso por encima de lo esperado?

-Se puede decir que sí, porque éramos conscientes de que teníamos un buen equipo, cortito como siempre, pero no contábamos con ir primeros. Sí en el carro de arriba, con opciones de disputar uno de los cinco primeros puestos. Ése era el objetivo y lo será hasta el final.

-¿Y el liderato?

-Al principio sería algo anecdótico, pero ya empieza a definir qué equipos estarán arriba. Ya lo anecdótico ha quedado en segundo plano y aumentan las posibilidades.

-¿Sueña con ser campeón?

-Sí, sueño con ser campeón, pero queda mucho camino. Hemos recorrido una parte y hemos presentado las credenciales. Con eso me basta y sobra para seguir pensando con esa ilusión, pero hay que ser conscientes de que queda mucho. Pueden pasar muchas cosas, como lesiones, y tenemos algún puesto en el que una lesión sería un gran problema.

-Es que se le ve siempre tan...

-¿Pesimista?

-Pues iba a decir enfermizamente comedido, pero ya que lo menciona, puede valer pesimista.

-De por sí me gusta ser realista y objetivo. Es fácil ser subjetivo cuando se le gana a un grande y piensas que lo tienes todo hecho, pero no se puede ser así. Es algo que sólo te da el conocimiento de lo que tienes entre manos. A alguien que sólo ve balonmano hora y media a la semana le puede parecer incomprensible que ganes con un gran partido y que pierdas otro. Sé que a ellos les puede parecer extraño, pero los que estamos dentro lo sabemos. Pueden venir lesiones, entrar en una curva negativa, tener mala suerte... Todo ocurre, y muchas veces no depende de los profesionales, porque no es una ciencia exacta. Llámame realista, pesimista, comedido... Llámalo como quieras. Sobre todo realista, aunque a los no profesionales les puede parecer una excusa o no entenderlo.

-Pero costará trabajo contener la ilusión en Pozoblanco.

-Tenemos un lastre importante, porque muchos años hemos sido terceros incluso tras estar en ascenso en la primera vuelta. Nos ha hecho mucho daño la rumorología de que Pozoblanco no quería ascender, que no nos interesaba, porque eso le cala al aficionado que va al pabellón a ver a su equipo ganar. Estamos cuidando mucho a la afición, porque es importante que sepa que el Prasa no sale nunca a no ganar. Si podemos ascender, ascenderemos, y es lógica la euforia de la gente, pero hay que ser comedido, porque si no sale no nos tenemos que agarrar a cosas que no son ciertas. Hay que ser realistas y ver que hay otras plantillas y otros factores. Ante todo, debemos aclarar que no dejaremos nunca de pelear por nuestro objetivo.

-¿Tanto daño hace?

-Es que es una etiqueta que nos ha colgado la gente por lo que nos pasado tantos años. Nosotros no tenemos un proyecto claro para ascender a la Asobal, sobre todo en lo económico, pero eso no quita que no queramos ascender. Por todo, por nuestro trabajo, por el pueblo, por la directiva que está ahí pasando penurias todo el año y cuyo único premio sería el ascenso. Eso no lo vamos a perder, pero se nos colgó esa etiqueta de que en su momento no tuvimos interés en lograr el ascenso cuando lo tuvimos ahí. En esas ocasiones tuvimos los problemas de lesiones y la gente pensaba que no queríamos subir porque no fichábamos a nadie, que no hacíamos un esfuerzo. Para mí hacer un esfuerzo es que si hay que correr cojo, se corre, pero no fichar a jugadores que no podemos pagar.

-¿Piensa en la palabra fracaso?

-No, porque si un aficionado ve que el equipo lo está dando todo y se queda en puertas del objetivo, al final lo agradece, porque nuestros seguidores conocen las penurias que pasamos todos los años para cerrar un presupuesto digno de la categoría, algo que la gente sigue sin creer. Si la directiva está todos los días en la calle buscando dinero, hay jugadores que juegan con lesiones importantes, si no restamos tiempo que dedicarle a nuestro trabajo, nunca podremos tener la sensación de fracaso. Sólo pasaría si no nos entregáramos al máximo. Entonces sí lo sentiría.