Cuando el jugador más creativo y con calidad en el último pase juega pegado a tu defensa, es que las cosas no van muy bien en el equipo. Se estrenaba Katxorro como titular bajo las órdenes de José González, quien le daba los galones para convertirse en el revulsivo que tanto necesita el Córdoba. Con Javi Moreno en el banquillo, la afición otorgó al vasco el cartel de ese jugador desequilibrante y mágico del que tanto adolece la plantilla cordobesista. Todo quedó en frustración.

Sin embargo, la posición inicial de Katxorro no fue la más adecuada para explotar su perfil ofensivo y determinante en el pase decisivo. González optó por situarle en la posición más retrasada en el doble pivote, con el objetivo de que fuese el organizador desde la defensa. Una situación en la que el de Baracaldo se pierde y baja muchos enteros.

En las contadas ocasiones en que Julio Iglesias blocó el esférico, la primera opción era Katxorro, que caía a las bandas para iniciar el contragolpe. Por delante sólo estaban Asen y Arthuro, a una distancia considerable para que sus pases fuesen efectivos. Y así transcurrió la primera mitad. Con balonazos sin sentido que se esfumaban por los laterales o eran perfectamente interpretados por la defensiva rival.

En el segundo acto todo cambió y Katxorro se convirtió en Katxorro. La entrada conjunta de Arteaga y Javi Moreno en el minuto 53 permitió al menudo centrocampista contar con más opciones a la hora de jugar el balón. Además, se encontraba más suelto en la medular, y con el resultado en contra (desde el minuto 60) decidió coger ese protagonismo del que había huido todo el partido, muy a su pesar. Pero la zaga del Eibar, impecable durante toda la tarde, no le permitió ni un solo resquicio por donde colar un balón de gol a sus compañeros.

Lo intentó el ex del Xerez y el Elche con dos remates de volea a la salida de sendos córners cuando el partido suspiraba, pero la defensa en una ocasión, y el deficiente disparo en otra, malograron el momento de gloria que tanto anhela.

Pierde por tanto Katxorro una nueva oportunidad para consolidarse en el once inicial, aunque no será por ganas y actitud. Quizá su posición excesivamente retrasada le impida sacar lo mejor de sí, pero lo cierto es que a un jugador de su calidad se le pide más eficacia, juegue donde juegue.

Y por detrás aprieta su sustituto -a priori-, Javi Flores, que una jornada más se quedó sin pisar el césped de El Arcángel, ávido de reencontrarse con un baluarte al que exigir que tire del carro ante la complicada situación de los blanquiverdes.