Balonmano

El Cajasur ha resucitado

  • l conjunto granate derrota a La Loma y certifica su regreso a Primera nueve años después · Antonio Reyes, que llevó a los granates al título nacional juvenil de 2007, completó el ciclo con los séniors

Nueve años después, el balonmano ha resucitado gracias al Córdoba BM, que ayer certificó matemáticamente un ascenso a Primera Nacional que había dejado apalabrado unas horas antes.

El equipo de Antonio Reyes cumplió la misión que se había marcado desde el inicio de la temporada, una obsesión grabada a fuego después de años de frustraciones. Tres terceros puestos en Segunda División, siempre a las puertas de la fase de ascenso, y muchas lágrimas de rabia quedaron ayer en el olvido gracias a la rúbrica de un curso perfecto.

De hecho, la victoria ante La Loma completa unos números de ensueño. El Cajasur ha ganado 24 de los 25 partidos que ha disputado, cediendo una sola derrota (31-30) ante el Keymare de Almería, que ayer también certificó su ascenso a Primera.

La euforia de ayer es la culminación natural de un trabajo que a lo largo de la última década ha dejado más de una decena de títulos autonómicos en categorías inferiores, refrendados con el Campeonato de España juvenil del año pasado. Padilla, Julián, José Vargas... Sólo era cuestión de tiempo que la talentosa generación del 89 diera el salto para que el Cajasur alcanzara una nueva dimensión, y puede que lo de ayer sólo sea el principio.

Y todo a los mandos de Antonio Reyes, vinculado al club desde su nacimiento hace ya más de 30 años. El técnico lleva al extremo el concepto de hombre de la casa, pero sin restar ni un ápice de mérito a un hombre que a lo largo de los años ha ido moldeando hornadas de jugadores hasta dar con la tecla. Hace un año fue manteado como campeón de España juvenil y ayer se repitió una escena que encumbra definitivamente a Reyes como la figura más emblemática en la historia del club.

"Estamos felices, porque llevábamos nueve años persiguiendo este día", decía Blas Cosano, el presidente de un club que no tiene tiempo para las celebraciones. A partir de hoy comenzará a trabajar en los cimientos de la próxima temporada con la misión de mantener la base actual. El ascenso será la mejor manera de retener a hombres como Padilla, objeto de deseo de clubes de la Asobal, pero llamado a ser una pieza clave en el Cajasur del futuro, el Cajasur de la esperanza.

En el club granate miran de reojo la trayectoria de aquel Alcobendas que ganó dos títulos nacionales en juveniles (94-96) con la base del equipo que logró el ascenso a la Asobal. Es sólo un ejemplo, un camino a seguir para un club que ha sobrevivido a 30 años de golpes y que ayer certificó el renacimiento de un deporte.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios