Ciclismo l Tour de Francia

Burghardt gana el pulso

  • El alemán del Columbia se escapó con el español Barredo y pudo con él en el sprint · Sastre mantiene el maillot amarillo y afirma que debe "guardar fuerzas"

El alemán Marcus Burghardt (Columbia) ganó el pulso en un sprint a dos al español Carlos Barredo (Quick Step) y estrenó su palmarés del Tour en la decimoctava etapa disputada entre Bourg d'Oisans y Saint Etienne, de 196,5 kilómetros, en la que Sastre mantuvo sin dificultad el maillot amarillo en una jornada pura transición.

El joven Burghardt, un gigante alemán de 25 años y 1,89 metros de estatura, se presentó en la alta sociedad del ciclismo en 2007 con el triunfo en la Gante Wevelgem. Sólo tuvo que llegar a la recta de llegada junto a Barredo para imponerse fácilmente por velocidad, con un tiempo de 4h30.21, a un promedio de 43,6 km/hora.

El dúo hispano-alemán, escapado desde el descenso del Col de Parmenie pasado el kilómetro 78, llegó a meta con 3.30 minutos sobre un trío compuesto por los franceses Le Mevel, Feillu y Mikel Astarloza (Euskaltel) que no encontró la manera de enlazar con los fugados. El pelotón, con el líder Carlos Sastre y el resto de nombres ilustres, llegó a 6.50 minutos con Óscar Freire al mando.

Sastre sigue vestido de amarillo, con 1.24 sobre su compañero de equipo Frank Schleck y 1.33 respecto a Bernhard Kohl, los otros inquilinos actuales del podio.

Pero el enemigo a batir es el cuarto, Evans, con buenas sensaciones en las piernas para superar a Sastre. Denis Menchov se mantuvo quinto, un tanto desmoralizado a 2.39. Valverde y Samuel Sánchez mantuvieron la séptima y octava plaza, respectivamente.

En la carrera y tras varios intentos de fuga saltó del grupo en el kilómetro 72 el asturiano Carlos Barredo, ya recuperado de sus problemas de salud que le torturaron en la primera semana. Pasó en cabeza el Col de Parmenie y en el descenso se le pegó como una lapa un compañero duro de roer, el alemán Marcus Burghardt.

Por detrás, el decorado presentaba tres hombres intercalados, el español Mikel Astarloza (Euskaltel) y los franceses Le Mével y Feillu. El pelotón principal ya se había planteado la etapa como una excursión y pasó a 10 minutos por el puerto. "Hay que ser inteligente y guardar fuerzas", explicó Sastre al final de la etapa.

Después de superar la Croix de Montvieux y la Cota de Sorbiers, Barredo y Burghardt mantuvieron la renta. A 10 kilómetros de meta empezaron a jugar al ratón y al gato. El alemán, según el español, se dedicó a hacer relevos de mentira, por lo que Barredo trató de soltarle de rueda en repetidas ocasiones, pero no hubo manera.

La victoria era cosa de dos. Miradas, tanteos, tirones en el momento de la verdad. Ya en la recta arrancó Barredo, pero el alemán respondió con una potencia descomunal. Nada que hacer. "Este no es mi Tour ni el de mi equipo", se lamentó el corredor español. Burghardt levantó los brazos eufórico en la ciudad donde despegó como futbolista Michel Platini, actual presidente de la UEFA, un símbolo en Saint Etienne.

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