El Adesal dejó escapar la primera de sus cuatro oportunidades para asegurar su presencia en la fase de ascenso a la División de Honor como representante de un Grupo D en el que ya tiene billete garantizado -y como campeón salvo debacle- el Alcobendas. El equipo cordobés cayó ayer en el duelo aplazado ante un Bolaños (xx-xx) dispuestos a exprimir sus opciones de estar en la postemporada.

Pero tanto el conjunto manchego, ahora tercero en la tabla con 31 puntos, como el Sanse y el Pozuelo, que tienen 30, dependen de lo que sea capaz de hacer el Adesal (36) en las tres últimas jornadas de la fase regular. A las de La Fuensanta les basta ahora con ganar un partido para sellar su segunda plaza: este sábado en Fuengirola, el siguiente en Vícar o el domingo 8 de abril -no hay jornada el Domingo de Resurrección- en casa ante el Pozuelo.

Para no mirar lo que hacen sus rivales, el conjunto cordobés debe ganar un partido

Ante un equipo que acumulaba cuatro victorias consecutivas y venía de ganar por la mínima en Pozuelo, el Adesal no arrancó bien. La relajación por tener más bolas extra o la incapacidad para contrarrestar a las manchegas dibujó un marcador a los 14 minutos de 8-2 que obligó a Paco Bustos a parar el partido. Poco resultado dio ese tiempo muerto, pues la renta a favor de las locales subió hasta los 8 goles (10-2, 11-3, 14-6...) que apenas se vio reducida en uno al descanso (15-8).

En la segunda mitad, el Adesal salió ya con otra chispa, motivado por la arenga en la caseta del técnico. Con un punto de intensidad defensiva mayor y algo de más soltura en ataque, los fuensantinas fueron recortando su desventaja hasta colocarse a sólo dos goles (17-15) a falta de 14 minutos. Entonces el Bolaños calmó los ánimos, no perdió la tranquilidad y con los goles de Felicidad Sánchez fue capaz de abrir un colchón de tres o cuatro goles que ya mantuvo hasta el pitido final, consiguiendo así alargar la emoción de la categoría al menos hasta el fin de semana.