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  • A pesar de los malos augurios de hace años, la ciudad ha cumplido notablemente como sede de la Cumbre, demostrando que puede acoger grandes eventos

Muchas fueron las dudas que se plantearon desde el primer momento en que se anunció la intención de que la ciudad albergara este 2012 una Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. A las lógicas limitaciones geográficas de una ciudad de apenas doce kilómetros cuadrados, también se unieron malos augurios sobre su capacidad hotelera, de tráfico, de seguridad o incluso de infraestructuras para albergar un encuentro de este tipo. Pero una vez pasada la Cumbre, esas valoraciones negativas han caído en el olvido y la ciudad, de alguna forma, saca pecho después del éxito organizativo de la cita y de los numerosos piropos que los distintos mandatarios han regalado a los oídos de los gaditanos.

El balance más local de la Cumbre es igual de positivo que el que han realizado los organizadores del evento o los mandatarios iberoamericanos sobre los asuntos tratados en el interior del Palacio de Congresos. Cierto es que la Cumbre apenas ha tenido una incidencia directa en la ciudad; los bares, restaurantes, comercios o empresas turísticas apenas han notado la presencia de las 22 delegaciones iberoamericanas, de los más de mil periodistas o de los diferentes observadores, ya que todos ellos han pasado los días 16 y 17 concentrados en los puntos habilitados para la Cumbre. "Aquí lo hemos notado bastante poco. No hemos trabajado más que otros días. Lo único que hemos recibido es algún grupo suelto que ha parado a tomar algo, y siempre con ciertas prisas porque tenían que seguir trabajando", comentan en una cervecería cercana a la Plaza de San Juan de Dios. "No esperábamos días como los de la Regata o el 19 de marzo, porque quién va a venir a visitar Cádiz con motivo de la Cumbre. ¿Qué se ofrece a la gente, que venga a ver los coches oficiales o la Policía custodiando toda la ciudad?", se pregunta otro hostelero reconociendo que la repercusión directa sobre los negocios ha sido prácticamente nula.

Pero, por contra, donde sí ha habido una repercusión directa ha sido, por ejemplo, en los hoteles, que han visto notablemente incrementados sus niveles de ocupación en el que siempre es el mes más flojo del año. Así, la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería, Horeca, ha informado que los hoteles de la capital han registrado un 93% de ocupación los días de la Cumbre. En las poblaciones cercanas, por su parte, la ocupación ha alcanzado el 63,47%, destacando las cifras registradas en Chiclana (con un 84,7%), San Fernando (80,6%), Jerez y El Puerto (55%) y Puerto Real y Rota (37%).

Además de estos datos positivos, desde la patronal hostelera se pone el acento también en el servicio prestado por dos caterings de la provincia, El Faro y Alfonso, en los diferentes almuerzos y cenas de la Cumbre. "Ha sido por mérito de las propias empresas, ya que hubo un concurso al que concurrieron firmas de toda España", destaca sobre este asunto el presidente de Horeca, Antonio de María.

Y por encima de ello, en el sector turístico gaditano se valora sobre todo la imagen que se ha proyectado de Cádiz a nivel internacional estos días, donde la ciudad ha llegado "a más de seiscientos millones de personas repartidas en todo el mundo", según destaca el propio De María.

Este, precisamente, es el punto que más se tiene en cuenta en el sector, confiando en que una vez superada la celebración con éxito y ofrecida la imagen de la ciudad por todo el mundo, hay que aprovecharlo para encarar un futuro con más posibilidades, optimismo e incluso atrevimiento. "Ya podemos organizar lo que se quiera, porque más que esto no va a haber", resume Antonio de María en referencia a este pensamiento.

"La capacidad está demostrada", añade el presidente de Horeca en referencia especialmente a los hoteles, recordando cómo no se ha tenido que recurrir a medidas alternativas que se plantearon en su día, como la de utilizar cruceros atracados en el muelle como hoteles para alojar a las diferentes delegaciones.

Por tanto, la sensación más positiva que saca la ciudad sede de la Cumbre es que ha alcanzado la licencia para organizar grandes eventos -a pesar de las limitaciones de la ciudad- y se muestra plenamente dispuesta y capacitada para seguir ampliando tanto su actividad turística como su especialización en la acogida de todo tipo de encuentros, congresos y seminarios como los que a lo largo de este año se han desarrollado en el mismo lugar donde el pasado viernes y sábado tuvo lugar la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado. Todo ello teniendo en cuenta -como ha ocurrido con los hoteles- que cuando la ciudad no puede dar cabida a todos los servicios, también se puede mirar a otras localidades de la Bahía que de esta forma también se verían beneficiadas, a su vez, de estas citas de gran calado que tengan lugar en Cádiz, la ciudad que contra los malos augurios de hace años sí pudo acoger con éxito una Cumbre.

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