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Bicentenario

La Cumbre en voz baja

  • Las ayudas para que Evo Morales marcara un gol a toda costa, la desorientación de Rafael Correa y la pasión del Rey por las tortillitas de camarones fueron algunas de las anécdotas que adornaron el evento

La Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno ha tenido también una trastienda, un cúmulo de anécdotas que han servido para darle una nota de humor al evento celebrado en la capital gaditana.

Evo Morales. Hay que marcar un gol por decreto

Al presidente de Bolivia, Evo Morales, se le ha conocido más en la Cumbre Iberoamericana por el partido de fútbol que jugó en el estadio Carranza que por su participación política, ya que incluso se ausentó de la cena oficial. Ya se sabe que el boliviano se toma muy a pecho eso del fútbol y que ya tiene antecedentes en lo de tener bula arbitral. En un partido en su país agredió a un rival deportivo y político, porque pertenecía a la oposición, y el expulsado acabó siendo la víctima. El viernes en el Carranza el partido no terminaba y Morales aún no había marcado el gol que lo dejara contento, como si un niño chico se tratara. El árbitro Chirino viendo que la cosa se iba a alargar demasiado no estaba por la labor de esperar a una acción tipo Messi y señaló un penalti inexistente. A pesar de que se la pusieron como a cierto caudillo español de tiempos pasados, el tipo falló la pena máxima. Para colmo, le dejaron repetir porque el penalti lo tenía que meter sí o sí. A la segunda la consiguió por fin y ya se pudo ir feliz.

Rafael Correa. Perdone, ¿dónde estoy?

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha salido de la Cumbre Iberoamericana como una de las principales estrellas por lo que ha hecho, por lo que ha dicho y también porque es el que más se ha salido de la agenda oficial, lo que ha dado lugar a varias anécdotas. En el momento en el que iba a ser entrevistado por este periodista en el Colegio de Arquitectos, el decano del mismo, Víctor Manuel Gómez, le entregó un obsequio por haber acudido a la sede de la plaza de Mina. El presidente ecuatoriano puso cara de extrañado y con toda sinceridad preguntó, "perdóneme, ¿dónde me encuentro ahora mismo?". Entre su periplo europeo de los últimos días y que la noche anterior llegó muy tarde a la provincia, estaba desorientado y salvo que aquello era Cádiz, no sabía mucho más.

Inauguración. Cádiz no es lo mismo que Sevilla

En los partidos de fútbol del Barcelona siempre se puede ver una pancarta independentista que pone 'Catalonia is not Spain'. Aquí no hace falta ninguna proclama porque ya es independiente pero en la inauguración de la Cumbre podía haber salido la pancarta 'Cádiz is not Sevilla'. En el número que presentó el Ballet Nacional se representó la 'Suite Sevilla', lo que provocó la sorpresa de los muchos gaditanos que había en el Teatro Falla. Ya sabemos que internacionalmente Sevilla es mucho Sevilla pero la Cumbre es en Cádiz. Y aunque el Nacional es mucho ballet, más de uno se acordó de Sara Baras para la ocasión.

Gastronomía. El Rey y las tortillitas de camarones

No es ninguna novedad que al Rey don Juan Carlos le encantan las tortillitas de camarones. El viernes por la noche, cuando llegó a Cádiz, tardó poco en visitar El Faro y pedirle un plato a Maite Córdoba. Y cuentan que ayer, en el palacio de congresos, le confesó a Alfonso Rodríguez, de Alfonso Catering, que las echó de menos en la cena oficial del sábado en el Parador. Siempre bien de reflejos (ya que no estaban contempladas en el menú), Alfonso le preparó un plato al monarca, que elogió las tortillitas e invitó a probarlas a otros mandatarios, entre ellos el vicepresidente de Uruguay o el propio Rajoy. Con esto demostró una vez más don Juan Carlos que,  sus gustos son sencillos, acordes con su personalidad.

Actos oficiales. La ausencia del alcalde de El Puerto

En el almuerzo con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, organizado el jueves en El Puerto por la Cadena Ser, llamó la atención la ausencia del alcalde de esta localidad, cuando estaban los de San Fernando y Chiclana, y las alcaldesas de Cádiz y Jerez. La explicación oficial dada a la organización por Enrique Moresco para justificar su ausencia en un acto de esta importancia fue que estaba de viaje en Galicia para reunirse con unos empresarios. Tampoco estuvo, por tanto, en la inauguración oficial de la Cumbre.

Ocupación. Cara y cruz hotelera

La cara de los beneficios que la Cumbre de Cádiz ha traído a la Bahía está en el Novo Sancti Petri, cuyos hoteles se han convertido estos días en cuarteles generales de muchas delegaciones participantes. La cruz hay que encontrarla en El Puerto, cuyo sector esperaba acoger a parte de las delegaciones. La todavía concejal de Turismo de esta localidad, Patricia Ybarra, ha comentado que la ciudad "llegó tarde" a la Cumbre, lo que no ha caído nada bien en el sector.

Rafael Correa. El presidente se ruboriza

Otra más de Rafael Correa. El presidente ecuatoriano acudió a la exposición Oswaldo Guayasamín en el castillo de Santa Catalina. Allí la responsable municipal de las exposiciones, Carmen Montes, quería hacerse una foto con el mandatario pero dijo que le daba un poco de corte. Cuando Correa se enteró le contestó que precisamente él era el que quería pedirle una foto pero que a él también le ruborizaba. Posteriormente Correa se dirigió a un local flamenco cerca del Teatro Falla.

Seguridad. Un fotógrafo de Moncloa, en la calle

Un fotógrafo oficial de Moncloa sufrió en sus propias carnes la seguridad de la Cumbre. Esta persona llegó al Hotel Atlántico, donde estaba toda la expedición española, en la noche del viernes para alojarse en su habitación. Sin embargo, los miembros  de seguridad no le dejaron acceder porque en esos momentos se estaba celebrando la cena oficial del Rey con todos los líderes iberoamericanos. Al final, tuvieron que rescatarlo de la calle sus compañeros de Moncloa.

Carnaval. Sin coplas

La celebración de la Cumbre y, sobre todo, el día de la inauguración, afectó a algunas agrupaciones carnavalescas que no pudieron llegar a sus locales de ensayo.

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