Cuaresma

Clases de música a la intemperie

  • La Banda de la Fuensanta reclama al Ayuntamiento un lugar de ensayo cubierto

La afición a la música procesional puede con cualquier tipo de obstáculo, incluso con aquéllos que traban la propia enseñanza de los acordes que componen una marcha. Los integrantes de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora de la Fuensanta, fundada en 1992 y durante muchos años considerada entre las mejores de la capital, ensayan cada día a la intemperie. Situados en una de las márgenes del recinto de El Arenal que se encuentran más distantes de la primera línea de viviendas, soportan el azote del frío y están a expensas de que en cualquier momento llueva y tengan que dejar de tocar.

Los músicos de la Banda de la Fuensanta -45 en total, pero apenas una veintena que acudan regularmente a los ensayos- son los únicos de la ciudad que sólo disponen de la calle para celebrar los ensayos. Muy lejos quedan los años en los que se reunían en el polideportivo de la Fuensanta o en el antiguo cine Osio de la plaza de Cañero para montar las marchas procesionales, recuerda Manuel Villalba, uno de los coordinadores de la formación. Entonces, continúa el músico, acudían más personas a los ensayos e, incluso, se llegó a pensar en la posibilidad de crear una banda juvenil que sirviera de cantera para la que forman los adultos. Sin embargo, la ausencia de apoyos institucionales y la escasez de recursos económicos dilapidaron cualquier opción de crecer como banda tanto en el apartado técnico como en el humano.

Todos estos avatares hacen que la Banda de la Fuensanta levante la voz y recuerde al Gobierno municipal el compromiso que contrajo con ellos para facilitarle un local de ensayo. "Fue el concejal de Festejos quien nos dijo que no nos preocupáramos que nos iban a buscar un sitio en el que ensayar", detalla Villalba. Este músico critica, sobre todo, los días que se ven obligados a suspender los ensayos cuando empieza a llover: "Cuando llueve nos vamos debajo del puente, pero el sonido retumba en la estructura y, a los pocos minutos, vienen los agentes de la Policía Local para echarnos de allí".

Sin embargo, a pesar de todos estos obstáculos, la banda "sigue adelante y, al menos de momento, no se nos pasa por la cabeza abandonar", explica Villalba, que concluye que la formación nacida en 1992 "sigue tocando bien y teniendo contratos dentro y fuera de la capital".

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