Córdoba CF

¿Otra vez la misma historia de 2013?

  • La salida de Emilio Vega para tratar de atajar la crisis recuerda a la de Luna, al que luego siguió Berges

Emilio Vega charla con Javi Lara.

Emilio Vega charla con Javi Lara. / josé martínez

El Córdoba de la familia González es fiel a un modelo único. En lo deportivo, inversión mínima; en lo social, distanciamiento; tras destituir a un técnico, promoción interna, y ante la crisis, despidos. El último, el de Emilio Vega el martes, cuando el leonés dejó de ser el director técnico de un club que ahora vuelve a tener huérfana una parcela clave. La situación recuerda, y mucho, por el momento y los movimientos a la vivida en 2013, cuando Carlos González señaló como culpable de la depresión del equipo a Juan Luna Eslava nada más finalizar el mercado invernal. Semanas más tarde siguió su camino Rafael Berges, aunque la diferencia con entonces es que el CCF tenía la permanencia en el bolsillo y el motivo fue la pérdida del tren del play off. Ahora, el panorama es bastante más delicado, aunque la solución haya sido la misma. Queda por ver si el resto de la historia también se repite...

Lo cierto es que hasta la fecha el Córdoba de los González sólo había vivido una crisis similar a la actual en el curso 12-13, pues el vergonzoso paso por Primera no puede catalogarse ni siquiera así. Como ahora, el proyecto que jugó el play off un año antes con Paco fue desmantelado y el marrón se lo tuvo que comer Berges que, pese a todo, mantuvo al equipo siempre en la zona alta de la tabla. Pero siguiendo con las coincidencias con el presente, el cambio de año fue malo y, tras quemar la bala del mercado de invierno, el club cortó la trayectoria de Luna Eslava en la secretaría técnica. Era el 21 de febrero y el motivo esgrimido fue "por criterios de reestructuración interna con el fin de recuperar el equilibrio que permita la continuidad de la actividad". Es decir, que el cordobés no iba a seguir y, tras los últimos servicios -con las limitaciones de siempre-, fue despedido.

Pero la crisis continuó y el 8 de abril Berges siguió el mismo camino. Una serie de 11 puntos de 30, tras cuatro derrotas consecutivas a domicilio, dejaron al Córdoba a una distancia de 7 del play off, lo que originó que González se decidiera a activar la guillotina con un hombre al que había renovado un año más a principios de campaña. Entonces, la permanencia ya estaba más que amarrada y la despedida del ascenso, luego confirmada con la apuesta por Esnáider, quedó en un disgusto. Nada que ver con la situación actual, cuando el descenso es una amenaza real que necesita soluciones de verdad, no de cara a la galería como el adiós de Emilio Vega que, con su cuota de responsabilidad de la que espera hablar en una pronta comparecencia de prensa, no sirve de revulsivo ni mucho menos al equipo.

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