Córdoba CF

Qué tarde la de aquel día

Los asistentes a la comida de ayer en Bodegas Campos.

Los asistentes a la comida de ayer en Bodegas Campos. / barrionuevo

Hay equipos que forjan su leyenda lejos de los focos y el glamour de las grandes estrellas. Plantillas cuyo mayor aval es el sudor y la honestidad. Esos son los conjuntos que quedan en el imaginario colectivo de un club y cuyo recuerdo aguanta perfectamente el paso de los años. En una entidad modesta como el Córdoba, tan poco acostumbrado al éxito, las tardes gloriosas no abundan y es por eso que su recuerdo queda marcado a fuego entre la afición. De entre esas memorables estampas muy pocas pueden acercarse a la tarde del 24 de junio en El Alcoraz, cuando el Córdoba firmó su último ascenso a Segunda.

Y de aquel gran éxito deportivo, trascendental en la supervivencia de la entidad e inspirador para una nueva generación de cordobesistas, surgió un grupo humano excepcional, al que el paso de los años no ha logrado separar. Tanto es así que prácticamente todos los años desde aquel 24 junio de 2007, una representación de aquellos jugadores, técnicos y consejeros de la entidad se reúnen para rememorar aquel inolvidable curso. Y este año, cuando se cumplen diez de ese ascenso a Segunda División, no podía ser menos. Un conocido restaurante de la ciudad reunió ayer a viejos compañeros y amigos, en un almuerzo del que volvieron a brotar recuerdos muy vivos en el cordobesismo.

Aquel imponente cabezazo de Pierini y la rosca impecable de Guzmán abrieron el camino del ascenso ante el Huesca en El Arcángel. Una semana después, el tanto de penalti firmado por Dani sirvió al equipo entonces entrenado por Pepe Escalante para amarrar el anhelado ascenso. A partir de ahí, el éxtasis se apoderó de jugadores y afición, en una jornada que siempre se recordará por la invasión blanquiverde de las gradas de El Alcoraz, a pesar de las dificultades que el club oscense trató de imponer a los cordobesistas que cruzaron España de Norte a Sur para vivir en directo un día histórico. De allí surgió el mítico cántico de "175, ven y cuéntanos", en respuesta a aquel fallido boicot de la entidad azulgrana, que tuvo que ver como todo un fondo del vetusto feudo oscense se pobló con los colores blanco y verde.

Mitos vivos del cordobesismo tuvieron la oportunidad de confraternizar de nuevo y recordar muchos de aquellos momentos, más los vividos posteriormente en el regreso a Córdoba. En una época complicada en lo deportivo para la entidad blanquiverde, esta señalada efeméride sirvió para echar la mirada atrás y comprobar de dónde viene un club que sigue mirando al futuro con ansias de ascenso (ahora con la Primera como objetivo), aunque pocos podrán alcanzar ya el misticismo de aquel que devolvió a la entidad al fútbol profesional y que alumbró el nacimiento de una nueva generación de aficionados blanquiverdes. Ellos pusieron la primera piedra de lo que vino detrás, con el salto a la élite incluido. Por eso se ganaron un lugar privilegiado en el recuerdo de una afición que no olvida aquella memorable tarde del 24 de junio en Huesca.

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