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La solidez es el camino

  • El CCF encadena por primera vez con Sandoval dos derrotas y repite los números defensivos que provocaron la caída en picado

  • Los blanquiverdes vuelven a ser el equipo más goleado

Aythami trata de animar a sus compañeros, mientras Guardiola y Álvaro Aguado se disponen a sacar de centro tras un gol del Huesca.

Aythami trata de animar a sus compañeros, mientras Guardiola y Álvaro Aguado se disponen a sacar de centro tras un gol del Huesca. / álex gallegos

En el momento crucial de la temporada, el Córdoba ha perdido las señas de identidad que le llevaron a protagonizar una remontada espectacular y anular la desventaja de 13 puntos que el cuadro blanquiverde llegó a tener respecto a la zona de permanencia. La llegada de José Ramón Sandoval produjo un progresivo cambio a mejor en los números generales del CCF, que pasó de ser un equipo que encajaba muchos goles a uno de los más sólidos del campeonato en la segunda vuelta. Sin embargo, en dos encuentros trascendentales como el de la Cultural y Deportiva Leonesa y el del pasado sábado ante el Huesca, el cuadro cordobesista ha vuelto a las andadas y con seis goles recibidos ha enlazado por primera vez desde que llegó el entrenador madrileño dos derrotas consecutivas, además en el momento más crítico.

La defensa ha sido el lastre del Córdoba durante todo el curso, especialmente en una primera vuelta sonrojante en la que los blanquiverdes eran de largo el equipo más goleado de Segunda. Esa fue la principal herida que logró restañar Sandoval a su llegada, pues en sus primeros diez partidos como técnico del CCF consiguió que su equipo encajara sólo ocho goles. Esa media de 0,8 tantos encajados por encuentro contrastaba con los 49 en las 26 primeras citas del campeonato que arrastraba el equipo cordobesista, lo que arrojaba una media escandalosa de 1,88 goles recibidos por duelo.

De un plumazo, el Córdoba redujo esa media a menos de un gol y durante algunas semanas incluso dejó de ser el equipo que más encajaba de la liga, dudoso honor que vuelve a poseer tras dos citas en las que los números defensivos del conjunto blanquiverde se han venido abajo. Porque a los dos goles que costaron la derrota en León hay que sumar los cuatro logrados por el Huesca en El Arcángel. Seis tantos que han estropeado los buenos guarismos que había conseguido Sandoval desde su llegada al banquillo cordobesista.

La fragilidad defensiva del equipo blanquiverde en las dos últimas citas se puede explicar por diversos factores, con las lesiones como uno de los motivos más determinantes. Y es que los problemas físicos que han lastrado a Álex Quintanilla han trastocado la gran pareja que venía formando en el eje de la zaga con Aythami Artiles. Además, el hecho de no contar con un lateral izquierdo específico, donde Javi Galán lleva reconvertido gran parte de la temporada, y que en la derecha esté jugando Loureiro -un lateral más ofensivo que seguro atrás-, también ha generado algunos desajustes.

Y es que con cuatro partidos todavía por disputar, las opciones del Córdoba para recuperar los cuatro puntos que ahora mismo le separan del Almería y el Nàstic pasan por echar el candado a la portería de Pawel, algo que siempre ha sido sinónimo de victoria, hasta en nueve citas, para un equipo que en los 12 partidos con Sandoval como entrenador siempre ha conseguido marcar y que es el único de la categoría que todavía no ha terminado alguno de sus encuentros con empate a cero en el marcador. Una señal más de que para creer en que la salvación es posible, el equipo tiene que recuperar la solidez que ha dejado aparcada en los dos últimos partidos.

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