El Córdoba cuenta ya con alrededor de 6.500 abonados, una cifra ligeramente inferior a la obtenida hace sólo un año en las mismas dos primeras semanas de campaña. El dato es alentador para los rectores blanquiverdes, que temían -y aún temen- un desplome en el número de fieles tras una temporada en la que el equipo estuvo lejos de su objetivo y la fractura existente entre gran parte de la afición y la directiva fue en aumento.

Sin embargo, y pese a la leve subida de precio en algunas de zonas del estadio presentada el pasado 3 de julio, el cordobesismo está respondiendo bien en estos primeros días de la campaña. La entidad indicó el sábado que durante el día se superarían los 6.500 carnés expedidos tras once jornadas de venta en las taquillas y vía online.

Hace un año, el Córdoba arrancó la campaña una quincena antes (el 17 de junio de forma telemática y el 20 de manera presencial) y tardó nueve días en situarse por encima de los 6.000 abonados, en concreto en 6.262, que fue la última cifra ofrecida antes de que fuera oficial el paso de la barrera antes infranqueable de los 10.000.

De esta manera, esas dos jornadas completas de margen sitúan el ritmo actual ligeramente por debajo del que había en 2016, si bien algo por encima de las previsiones que se había hecho gran parte de la masa social cordobesista tras el fiasco del último ejercicio, salvado con la permanencia a falta de una jornada para el final del torneo.

La campaña de abonados para el ejercicio 17-18, bajo el lema Delirios de cordura, se presentó el pasado 3 de julio para arrancar sólo un día más tarde. La primera fase de renovación y captación finalizará el 26, quedando las dos jornadas siguientes para mejora de localidad. Entre el 31 y el 11 de agosto se abrirá la tercera y última fase para nuevas altas, que ya deberán realizarse exclusivamente de manera presencial en el horario habitual de las taquillas.