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Los objetivos, al más corto plazo

  • Tras el fracaso de todas las cuentas por la salvación, al conjunto blanquiverde sólo le vale pensar en el partido a partido

  • El curso 2005, ejemplo para creer

Sandoval y Oliver, en el palco de El Arcángel durante el partido de ayer del filial.

Sandoval y Oliver, en el palco de El Arcángel durante el partido de ayer del filial. / jordi vidal

Para el Córdoba ya no hay cuentas que valgan. El mazazo recibido ante el Granada, que supone la cuarta derrota consecutiva del conjunto blanquiverde, anuló la mayoría de las cábalas en las que tanto el club como la afición querían confiar para buscar la permanencia virtual. Pero en el campo el equipo no ha sido capaz de hacer buenos esos pronósticos, lo que ha dejado a las claras la necesidad de no marcarse más objetivos que el partido más inmediato y pensar en buscar la victoria cada domingo como único camino hacia lo que se asemeja mucho a un milagro, el intentar remontar los 13 puntos de desventaja que ahora mismo tiene el conjjunto de Sandoval respecto a la zona de salvación.

El golpe moral del cambio de propiedad sólo ha dado al Córdoba hasta el momento para vencer al Albacete (1-0) el pasado 20 de enero. Aquel día se estrenó en el palco un Jesús León que había tomado las riendas del club el día de antes y el aire fresco, unido al gran ambiente de El Arcángel, dieron un impulso al equipo que con el paso de las semanas se ha perdido, sin que ni siquiera los fichajes invernales hayan servido para revertir una situación que ahora ya es límite.

Si el Córdoba quiere seguir pensando en la permanencia tiene ante sí un reto de dimensiones desproporcionadas. Y es que el conjunto blanquiverde necesitaría acercarse a las diez victorias en los 15 partidos que quedan. Es decir, conseguir vencer en dos tercios de los duelos que le quedan por jugar, algo complicadísimo para cualquier escuadra de la categoría, pero mucho más para un equipo que tras 27 jornadas sólo ha sido capaz de ganar cinco encuentros.

Claro está que si se toman como referencia esos datos, la situación invita a arrojar la toalla, pero en el club se resisten a pensar que las opciones de salvación se han acabado definitivamente. Y en esa tesitura, ¿cuál es el camino más factible para agotar las posibilidades matemáticas? El partido a partido. La cantinela muchas veces usada por técnicos y jugadores en el mundo del fútbol debe convertirse en la máxima del Córdoba, porque las cábalas que desde el propio club se marcaron en su día para la permanencia no arrancarán nunca si no se logra esa primera victoria liberadora. Si ese triunfo llega el próximo domingo ante el Valladolid quizás se pueda seguir creyendo en la machada, y sobre todo se mantendrá la esperanzan entre una afición que salió muy golpeada anímicamente de El Arcángel el pasado domingo tras el partido ante el Granada.

Y es que con 19 puntos a estas alturas de la competición, el Córdoba sólo puede pensar en ir partido a partido y jugar cada uno de ellos como si fuera el último. De hecho, más que escapar del descenso, el primer objetivo realista que debe marcarse el equipo blanquiverde es alcanzar al equipo que tiene por encima, es decir, la Cultural y Deportiva Leonesa, que suma 29 puntos. Esa referencia, además de poder acercar al cuadro cordobesista al milagro, debe incentivar a los jugadores y al propio club, porque aunque resulta muy complicado hablar de posibles descensos en el fútbol profesional por situaciones de impagos u otras irregularidades, nunca hay que descartar hasta la última bala cuando la situación es tan desesperada.

Esa brega para no descolgarse del todo serviría además al equipo para mantener la tensión y no dejarse llevar en un final de temporada que puede llegar a ser muy duro en lo psicológico y que puede afectar también al futuro a corto plazo, tanto a nivel interno como en la imagen proyectada hacia el exterior. Además, el proyecto recién arrancado de Jesús León quedaría seriamente tocado si el equipo arroja la toalla antes de tiempo y ofrece malas sensaciones en este tramo final de la competición.

Y si el Córdoba quiere ejemplos del camino a seguir, el más propicio lo tiene en casa, aunque no terminara de manera feliz. Porque el conjunto blanquiverde de la temporada 2004-2005 protagonizó un meritorio final de competición cuando ya se le daba por muerto y peleó la permanencia hasta dos jornadas del final de aquella liga. Aquel Córdoba superó la jornada 27 con 21 puntos -sólo dos más de los que tiene ahora-, si bien es cierto que la distancia que tenía que enjugar en aquel momento era de ocho puntos, y no los 13 que le separan ahora de la zona de salvación. En las 15 jornadas finales de aquella campaña, el CCF sumó 25 puntos, lo que le colocó con 46 y le hizo bajar con sólo un punto de desventaja. Ahora, el reto es incluso mayor, pero el único camino para empezar a atisbarlo es el marcarse la victoria como botín ineludible de cara al domingo. El Valladolid como única meta, y a partir de entonces ya tendrán tiempo los blanquiverdes para analizar de nuevo la situación.

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