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El esperpento ya es completo

  • El Sevilla Atlético venció al Granada (1-2) y empuja al conjunto blanquiverde a la última posición

  • Los cordobesistas no eran colistas en Segunda tras el primer tercio de liga desde el funesto curso 2004-05

Alejandro González, presidente del Córdoba, en el palco de El Arcángel.

Alejandro González, presidente del Córdoba, en el palco de El Arcángel. / álex gallegos

Tras el choque ante Osasuna parecía complicado que la situación del Córdoba fuese a peor, pero el deporte una vez más volvió a mostrar su cara más cruda a los blanquiverdes. La inesperada victoria del Sevilla Atlético en el campo del Granada (1-2) permitió a los sevillistas alcanzar al conjunto cordobesista en la tabla y trasladarle el farolillo rojo a los blanquiverdes por aquello de la diferencia de goles. El Córdoba vuelve a ser colista en Segunda División mucho tiempo después y el último precedente, en la temporada 2004-05, no es precisamente muy halagüeño pues acabó con el último descenso a Segunda División B. El conjunto que entrena Juan Merino vuelve a ostentar ese dudoso honor y lo peor es que las sensaciones que transmite el cuadro cordobesista tampoco invitan a pensar en que la reacción es posible.

Resulta sintomático y dice mucho del nivel del Córdoba que el Sevilla Atlético le haya traspasado el puesto de colista el día que sumaba su primera victoria después de 14 jornadas en la categoría. Esos tres puntos sumados ante el Granada de Oltra y los siete empates que traía el filial sevillista le permitieron alcanzar al CCF, al que superan en la tabla por la diferencia de goles general (-9 para los hispalenses y -13 para los de Merino) a la espera del choque del próximo domingo (Viejo Nervión, 18:00) entre los dos últimos clasificados de la categoría.

Salvando el desastroso paso por Primera División, el Córdoba no era colista desde la temporada 2008-09. En aquella ocasión lo fue tras la primera jornada, al cosechar una contundente derrota en El Arcángel (0-3) ante el Hércules. Aquello fue, lógicamente, algo anecdótico para un equipo que terminó la competición con una permanencia más o menos holgada. A estas alturas de la competición, cumplido el primer tercio liguero, el CCF no era colista desde la funesta temporada 2004-05. En aquel curso, el cuadro blanquiverde llegó a estar en última posición hasta la jornada 35, después de perder en Cádiz por 4-1 ante el cuadro amarillo. Una semana después, ganó 5-2 al Málaga B en El Arcángel y sacó la cabeza del último puesto, traspasándole esa condición al Pontevedra.

A pesar de la progresión que el conjunto cordobesista experimentó aquella temporada, la reacción no fue suficiente y el curso acabó con el último descenso a Segunda División B, tras aquella inolvidable visita del Valladolid, que venció por 3-4 en El Arcángel en la penúltima jornada y sembró el luto en el coliseo ribereño. Aquellas escenas, grabadas a fuego en la mente de la afición cordobesista, se adivinan cercanas ahora, si es que el equipo no protagoniza una reacción inmediata y meritoria.

A la hora de buscar argumentos más allá de lo meramente futbolístico para creer en que la salvación es posible, al cuadro blanquiverde le sonríe, a medias, la estadística. Y es que si se revisan las 20 campañas que se han disputado en Segunda con 22 equipos, los números demuestran que ser el farolillo rojo tras la jornada 14 no tiene por qué significar un descenso seguro a final de curso. De hecho, en ocho de esas 20 temporadas, el colista al paso por el primer tercio de la competición terminó salvándose. Esa estadística otorga alguna esperanza más si se tienen en cuenta los tres últimos años, en los que el Albacete, el Almería y el Nàstic de Tarragona evitaron la quema tras llegar a la jornada 15 en última posición.

Dentro de esas 20 campañas ha habido situaciones de todo tipo, aunque la del Córdoba es bastante delicada. Los blanquiverdes no son sólo colistas, también tienen la salvación a cinco puntos. El Nàstic de Tarragona marca esa frontera, tras perder ayer en su feudo ante el Real Oviedo (1-2). Esa derrota impidió que la permanencia quedara incluso más lejos para el conjunto blanquiverde, pues se podía haber ido hasta los seis. A partir de ahora, la situación es cruda pero clara, más bajo no puede estar el CCF y la reacción debe llegar de manera inmediata.

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