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Las dudas de la primera vez

  • El nuevo Córdoba de Merino arranca en el Tartiere con la prioridad absoluta de mejorar su rendimiento defensivo para escapar de la zona de descenso

  • La alineación es una incógnita

Juan Merino se estrena hoy en el banquillo del Córdoba. Lo hace tras exprimir al máximo las cuatro sesiones de entrenamiento que ha tenido por delante desde la confirmación de su fichaje el pasado miércoles, en las que ha priorizado sobre cómo combatir el principal mal del equipo en estas primeras diez fechas del campeonato: el rendimiento defensivo. Por algo hay que empezar, que diría el otro. Pero lo cierto es que el preparador linense tiene clara la fórmula para reactivar a los blanquiverdes, actualmente anclados en las posiciones de descenso con apenas nueve puntos fruto de tres triunfos y hasta siete derrotas, la mayoría con resultados rozando el escándalo. Dos puntos más (11) tiene el Oviedo, al que tampoco le está yendo muy bien en esta fase inicial de la campaña, y que pasa por una crisis de resultados que dura ya cinco semanas y de la que quiere salir hoy ante su gente para evitar una situación como la experimentada por su rival.

Para ello deberá superar a un Córdoba al que se le vienen atragantando de mala manera los desplazamientos. No sólo en cuanto a resultados, que también, sino principalmente en cuanto a imagen. Barcelona, Granada, Valladolid y Lugo sirvieron para ir preparando el agujero al que finalmente el pasado domingo el Nàstic, con una goleada imperdonable en El Arcángel, terminó de empujar al proyecto liderado por Luis Carrión. El catalán ya es historia, y ahora es Juan Merino el capitán de un barco que habrá que ver si, como dicen los que mandan, tiene los mimbres suficientes como para estar en una posición totalmente opuesta a la que ahora ocupa. De momento, el rendimiento de la plantilla está muy por debajo de lo que se esperaba en verano y ya con nuevo dueño del banquillo las miradas sólo pueden apuntar en su dirección...

¿Qué cara mostrará el equipo? ¿Qué once será el primero que disponga Merino? ¿Qué sistema emplearán ahora los blanquiverdes? Son algunas de las dudas que asaltan en la primera parada del Córdoba tras el relevo en el banquillo, que como todo cambio, como todo lo que empieza, despierta más ilusión que temor. Todo es una incógnita, aunque parece claro que el técnico jugará con cuatro atrás y un único punta, dibujando algo parecido a un 4-2-3-1 en el que, como ya avisó en su puesta de largo, el trabajo y el esfuerzo son del todo innegociables.

Así, se espera en el Carlos Tartiere un Córdoba que juegue con la posible ansiedad del rival si las cosas no se le ponen de cara pronto, que mida bien cuándo presionar arriba y cuándo replegar líneas a campo propio, y que tenga las ideas muy claras con el balón en los pies para evitar pérdidas absurdas que hasta la fecha le están penalizando de lo lindo, como se refleja en el hecho de haber encajado la friolera de 22 goles en las primeras diez jornadas. ¿Bastarán cuatro entrenamientos para encajar todo eso? Habrá que esperar a eso de las dos de la tarde para comprobarlo, pero por falta de horas de esfuerzo en la Ciudad Deportiva a buen seguro que no va a ser...

Enfrente, para tratar de impedir que el planteamiento de Merino salga a las primeras de cambio estará un Oviedo que no termina de arrancar y anda mucho más cerca del peligro del descenso que de las posiciones de honor tras sumar sólo tres de los últimos 15 puntos puestos en juego. Y no sólo eso, sino también la maldición de las matinales, que son un calvario ya habitual en el Córdoba desde hace ya más de cuatro años y medio; en este tiempo, ni una sola victoria en los partidos del domingo a las 12, con un balance de cuatro empates y hasta una docena derrotas. A ver si el dicho de a entrenador nuevo tiene más peso que las estadísticas, porque los blanquiverdes necesitan reaccionar ya para no ver más comprometido aún su futuro en la categoría de plata, que se dice pronto...

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