Córdoba CF

Los cimientos sobre los que quiere crecer

  • Carrión afianza conceptos con y sin balón en la línea defensiva, el pilar sobre el que construir los ataques

Carrión da instrucciones ante Joao Afonso, Edu Ramos y Dani Pinillos.

Carrión da instrucciones ante Joao Afonso, Edu Ramos y Dani Pinillos. / e. romero

Aunque su estilo dibuja algo muy diferente a primera vista, Luis Carrión no descuida un segundo a la defensa. Y no sólo para defender, que también, sino como primera arma para levantar las ofensivas del nuevo Córdoba, un equipo que en la búsqueda del protagonismo deseado se ha dotado de zagueros a los que nos les tiemble el pulso cuando deben tener la pelota, de futbolistas capaces de dar salida desde atrás al juego por abajo, que vean el balonazo apenas como un recurso ante el riesgo.

Pero sin olvidar que su principal función es defender, neutralizar los intentos enemigos. Así, Carrión aprovechó la jornada de ayer para pulir a sus seis zagueros disponibles -Josema estaba al margen-, más Soler y Edu Ramos, que ejerció una vez más de improvisado central. Ante un grupo que movía la pelota buscando a los extremos o el apoyo del punta referencia, la línea de cuatro tenía que apretar al balón sin perder el sitio, jugando lo más arriba posible, si bien también se veía obligada a reaccionar y replegar rápido ante pelotas a la espalda con envío directo o por fuera, lo que obligaba a acudir a la protección del área.

También hubo lugar para practicar el inicio de los ataques, con dos grupos de cuatro. Circulación de lado a lado, pases precisos al pie y búsqueda de espacios para superar líneas de resistencia ante un grupo que se afanaba por evitarlo. Al otro lado del campo, los atacantes bombardeaban a los porteros con ejercicios de pared, desmarques de ruptura, superioridades por fuera y aparición de hombres de segunda línea. Un paso más en lo táctico, pues el trabajo y la técnica se dan por supuestas.

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