El Córdoba entró ayer en la antepenúltima semana de la fase de preparación para la campaña 17-18 con una doble sesión eminentemente física, centrada en tareas de fuerza y resistencia, que hoy tendrá continuidad de nuevo en el Municipal de Benahavís. Tras la bajada de exigencia durante el fin de semana, en parte por la disputa del partido amistoso con el Almería, Luis Carrión y su equipo de trabajo sacaron el látigo y exprimieron tanto por la mañana como por la tarde al grupo, siempre con el balón presente para servir de señuelo para los futbolistas.

Con Stefanovic y los jóvenes Alberto González y Llamas exigidos por Sebas en una esquina del campo, el preparador físico, Cristóbal Fuentes, 'disfrutó' de lo lindo apretando las tuercas al resto del grupo. La presencia de picas, conos, vallas... sobre el verde ya hacía presagiar sesiones intensas para una plantilla que respondió a la perfección. Sólo por la tarde, primero Jona y luego Álex Vallejo tuvieron que frenar, aunque el delantero luego pudo reintegrarse con sus compañeros para realizar dos series de carrera en progresión que dejaron exhausto a más de uno. Eso se lo perdió el pivote, pues tuvo que salir con hielo en el sóleo de su pierna izquierda al notar una leve sobrecarga en el transcurso del entrenamiento.

El balón, presente en todo momento, es un aliado perfecto en la fuerte carga de trabajoÁlex Vallejo abandonó el entrenamiento de la tarde al notar una leve sobrecarga en el sóleo

Los que se libraron de todo esto fueron Jaime Romero y Pawel Kieszek, que progresan adecuadamente de sus respectivas lesiones, pero al margen del grupo. El extremo, lesionado el pasado sábado con un esguince en su rodilla izquierda, ya trabaja en el gimnasio, mientras que el cancerbero dio un paso más en su puesta a punto. Sin poder aún hacer ejercicios específicos de portería, el polaco sí se empleó a fondo sobre el césped para poner a tono su físico, pues el objetivo es que cuando reciba el alta médica por su doble intervención en la mano derecha, su reintegración sea más fácil.

Pero en la doble sesión también hubo lugar para ensayar aspectos tácticos, tanto ofensivos como defensivos. Por la mañana, Carrión se centró en la salida de balón desde zonas defensivas ante un equipo que presionaba en campo contrario y, tras robo, montaba transiciones rápidas en superioridad.

Luego, por la tarde, las vías de ataque pasaron a ser la superioridad por fuera y la llegada de hombres de segunda línea al área ante un grupo defensivo que se afanaba en proteger su arco. Todo bajo la premisa de circular y circular, sin prisa, para que cuando pase a jugarse en campo rival y haya lugar a los espacios, ser verticales. Pruebas, en ambos casos, de lo que quiere ser este Córdoba durante la temporada que está por venir.