Córdoba CF

Tomar ventaja, un sinónimo de alegría plena

  • El Reus no ganó ninguno de los 15 partidos en los que se fue con desventaja al descanso, igualando cuatro

El Granada celebra su gol ante los jugadores del Reus Tito y Vitor Silva.

El Granada celebra su gol ante los jugadores del Reus Tito y Vitor Silva. / álex cámara

Tomar ventaja ante el Reus, quizás más en esta situación en la que ya no se juega nada, es sinónimo de alegría plena. Porque el conjunto que adiestra el exblanquiverde Aritz López Garai se ha mostrado hasta la fecha incapaz de remontar los 15 marcadores en los que ha llegado al descanso en desventaja, salvando apenas cuatro empates. Un dato que contrasta con el hecho de que sólo en una de las 23 ocasiones en las que se fue ganando o con el resultado igualado se quedó sin sumar.

Ese detalle, que señala una de las claves para ganar el domingo en el Municipal de Reus, no debe esconder la dificultad que encontrará el Córdoba para sumar una victoria ante un equipo que, pese a tener los deberes hechos, sigue empeñado en crecer en la tabla. Lógicamente, esa distensión se nota también en el verde, sobre todo cuando el marcador se pone en contra, y sobre todo dibuja un perfil de juego -mucho más de ida y vuelta- diferente al mostrado en el resto del campeonato.

El cuadro rojinegro sólo ha perdido dos partidos en casa, y en ambos se quedó a cero

Porque el éxito del Reus para volver a lograr la permanencia en su segunda campaña de plata ha vuelto a estar en su orden defensivo y su eficacia. El cuadro rojinegro, que apenas ha perdido un par de partidos de local -en ambos sin marcar, ante el Rayo (0-2) y el Lugo (0-1)-, sólo ha recibido 12 tantos ante su gente, una cifra que sólo mejoran el Cádiz (9), y el Alcorcón y el Numancia (11).

Claro está que ahí está su fuerte, fundamentalmente porque en ataque tampoco va sobrado. Sus 19 dianas convertidas en su estadio, un registro que sólo empeoran el colista Sevilla Atlético (16) y el Alcorcón (18), obligan a exprimir al máximo otros recursos que ahora, sin presión, son fácilmente maleables. O eso sería lo suyo, por bien del cordobesismo.

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