La portería del Córdoba vive desde ayer inmersa en un terremoto que hoy debe tener sus primeras consecuencias. Porque el club blanquiverde espera anunciar la incorporación de un cancerbero que compita la titularidad con Pawel Kieszek, que ayer se unió al equipo con una desagradable noticia: su tiempo de baja por la operación en el meñique de su mano derecha no está cubierto, lo que retrasará su unión al grupo al menos un par de semanas más que el club aprovechará para someterlo a una nueva intervención. Sin embargo, el fichaje en el que trabaja la dirección deportiva para la meta no es consecuencia de los problemas del polaco, sino para aumentar el nivel de competencia en esa demarcación. De esta manera, el gran sacrificado de esta revolución será Marc Vito, cuya promoción desde el filial amenaza con quedarse en nada; su destino a a falta de confirmación oficial pasa por una cesión al Extremadura.

Desde hace unas semanas, el CCF venía manejando la opción de acudir al mercado para reforzar su portería, sin acabar de tirarse a la piscina. Pero han sido los dos primeros amistosos del verano los que han terminado de decidir a la dirección deportiva de la necesidad de incorporar un nuevo cancerbero. Un fichaje tan avanzado que debería ver la luz hoy mismo y que se convertirá en una seria amenaza para Pawel en la lucha por la titularidad. Porque la ventaja que el polaco puede tener por su notable rendimiento durante el pasado campeonato puede quedar en nada en un verano lleno de contratiempos para él.

Pawel llegó sin estar recuperado, lo que el club aprovechará para solventar otra dolencia

Operado el pasado 5 de junio de una lesión en el dedo meñique de su mano derecha, Pawel regresó el domingo a Córdoba con la idea de incorporarse ayer a la fase de preparación. Pero no salió del estadio y, por lo tanto, no pisó el césped de la Ciudad Deportiva, como esperaba más de uno. Se quedó en El Arcángel, donde se sometió a un examen médico que determinó que aún tiene que esperar al menos tres semanas más para recibir el alta. Un tiempo que el club blanquiverde ha decidido aprovechar para solventar otra dolencia que el cancerbero polaco arrastra en el dedo pulgar de la misma mano desde la campaña anterior. En principio, todo debe quedar ahí, aunque tratándose de temas médicos ya se sabe que pocos se atreven a determinar plazos.

Algo que sí puede afirmarse con más rotundidad en el caso de Marc Vito, cuya salida del club cordobesista puede ser realidad de forma inmediata. El catalán, fichado el pasado verano desde el Badalona a cambio de apenas 3.000 euros, estaba destinado a ser el segundo portero del primer equipo en el curso 17-18, avalado por su buen año en el filial. De hecho, ha sido el titular en los dos primeros amistosos. Pero ahí parece que va a acabar la cosa. Porque ante la inminente llegada de un nuevo portero se verá obligado a coger las maletas, dado que el filial ya tiene cubiertas también su fichas para esa demarcación. Y entre el puñado de ofertas que ha recibido, su destino final será el Extremadura, dado que el técnico, Juan Sabas, lo ha pedido expresamente, lo que unido al proyecto faraónico de los azulgrana lo convierte en el destino más atractivo para el catalán. Eso sí, su salida será en forma de cesión, pues no hay que olvidar que el pasado diciembre el club le amplió por dos años más un contrato que expiraba en 2018, dejando su fecha de finalización en junio de 2020.