Córdoba CF

El Malagueño acoge de momento a Razak

  • El portero ghanés, libre tras acabar su contrato con el CCF, se ejercita con el filial malaguista

Razak corre hacia uno de los campos de la Ciudad Deportiva.

Razak corre hacia uno de los campos de la Ciudad Deportiva. / firma del fotógrafo

Después de dos temporadas de diferente sabor en el Córdoba, Razak Brimah vuelve a estar en el mercado. Y el portero ghanés no quiere descuidar su estado físico para cuando le llegue al oportunidad de incorporarse a un nuevo club. Por eso, desde el miércoles se ha unido a los entrenamientos del Atlético Malagueño, el filial del Málaga que volverá a militar en el Grupo IX de Tercera División bajo la dirección del ex blanquiverde Manel Ruano, con el objetivo de hacer una pretemporada en grupo este verano.

Razak se convirtió en agente libre el pasado 30 de junio. Era un secreto a voces que no continuaría en el Córdoba, tras dos cursos muy distintos en la que fue su segunda etapa en el club blanquiverde, pues antes de recalar desde el Mirandés ya estuvo defendiendo la meta del filial.

El preparador de porteros del segundo conjunto de Martiricos es su amigo Bazán

En la campaña 15-16 fue titular indiscutible para José Luis Oltra, perdiéndose sólo seis encuentros por sus compromisos internacionales con Ghana -lo relevó Falcón-, que al final resultaron un hándicap para el pasado curso. Porque ante tal situación, el CCF apostó por un nuevo cancerbero en la figura de Pawel Kieszek, el cual se hizo pronto con la titularidad. Razak sólo jugó en tres jornadas consecutivas en febrero, en plena caída libre del equipo, y en la última del campeonato, que le sirvió para despedirse del cordobesismo ante el Girona.

Para esta campaña, la entidad blanquiverde ha decidido apostar definitivamente por Marc Vito como segundo portero, por detrás del polaco, por lo que Razak se ha quedado sin sitio. Y mientras el mercado le ofrece una alternativa y aprovechando su estancia en la Costa del Sol, el internacional ghanés trabaja con el Atlético Malagueño, donde tiene a su buen amigo Mario Bazán como preparador de porteros. Un verano diferente para un cancerbero que a sus 30 años aún tiene mucha carrera por delante. Eso sí, la tendrá que desarrollar lejos de Córdoba.

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