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González pega un portazo

  • El máximo accionista da por finalizado el proceso de compraventa del Córdoba desmontando a Jesús León y Luis Oliver, que le instan a culminar la operación antes del día 22

  • Desliza su voluntad de salir el próximo junio

Carlos González, acompañado de la directora de comunicación del club, ayer durante su comparecencia de prensa.

Carlos González, acompañado de la directora de comunicación del club, ayer durante su comparecencia de prensa. / juan ayala

"Descartamos la venta hasta junio, no vamos a seguir en este vodevil". Carlos González (Azaveco SL) pegó ayer un portazo al proceso de negociación abierto con Jesús León y Luis Oliver (Aglomerados Córdoba SL), a los que desmontó en una comparecencia de prensa en la que vino a decir que habían tratado de engañarlo. El propietario del Córdoba desgranó muchos aspectos de una operación fallida, en gran parte por la participación del empresario navarro, pero dejó una puerta abierta en el futuro a la llegada del montoreño, que sería "el mejor presidente" para un club que él pretende abandonar el próximo verano porque "nuestra presencia le hace daño". Sin embargo, la voluntad de Aglomerados Córdoba es culminar la operación, con fecha tope el próximo día 22 en el que está fijada la Junta General Extraordinaria para el cambio del consejo de administración, aunque instan a la propiedad a agilizar los trámites para poder reforzar el equipo en este mercado de invierno antes de emprender acciones legales por incumplimiento de contrato.

Con algunos minutos de retraso sobre el horario previsto por la impresión de un dossier que incluía el acta notarial de la parte compradora y vendedora, el contrato de arras del 20 de diciembre, la prueba de entrega de notificación a Prasa, el burofax enviado por Azaveco a Aglomerados Córdoba, el contrato de préstamos de Aglomerados Córdoba, el documento del Consejo Superior de Deportes, el pagaré y el correo de la LFP sobre el no aval para subir el límite salarial, Carlos González hizo acto de presencia en el salón de actos habilitado para la rueda de prensa. Primero saludó a algunos de sus empleados, que lo esperaban al fondo, y entre risas fue tomando asiento entre una nube de flashes. Abrió una carpeta cargada de archivos y empezó a explicar el porqué de la frustrada venta. Con papeles, para reforzar su defensa. Con firmeza. Y lanzando dardos envenados, sobre todo a Oliver, con el que la noche anterior tuvo una agria discusión en un programa radiofónico. Ya desde ese momento quedó claro que su aparición pública sólo tenía un camino: dar carpetazo a este proceso que ha generando mucha incertidumbre dentro y fuera del club, y ha calentado el ambiente de lo lindo entre diversos sectores del cordobesismo.

González argumentó que tras la firma del contrato de arras del 20 de diciembre, en el que Azaveco recibió un millón de euros como señal y reserva de la operación que no está dispuesto a devolver al considerar que la parte compradora ha incumplido varias de las obligaciones pactadas, la fecha para elevar el trato a escritura pública quedó pendiente del visto bueno de Prasa: si lo hacía antes del día 29, sería en ese momento -coincidiendo con la Junta de Accionistas-, y si no quedaría aplazado al 22 de enero, fecha en la que está fijada la Junta Extraordinaria. La parte vendedora, según los documentos mostrados, recibió tal notificación el día 29, por lo que todo quedó suspendido hasta el nuevo año. La insistencia de León, que por la premura de tiempo no ordenó la manida due dilligence, llevó a adelantar la fecha al día 10, aunque el pasado miércoles, todo saltó por los aires.

Según hizo público el máximo accionista, Aglomerados Córdoba incumplió varias obligaciones como la fecha de los pagarés -debían ser el 1 de julio de 2018, los cinco millones, y el 1 de julio de 2019 los 500.000 euros restantes, mientras que se recogía el 31 de ambos meses-, la no notificación al Consejo Superior de Deportes (CSD) de la autorización de la venta, que debía hacerse antes de la perfección de la misma, y fundamentalmente que los préstamos de la nueva sociedad, en la que junto a León está Luis Oliver hijo, eran de Bitton Sport SL, empresa de Luis Oliver padre, y que las garantías de cobro eran las propias acciones del Córdoba. Ante esa situación, Azaveco dio por por rota la negociación "por salvaguardar y que no ocurra lo que ocurrió en el Betis y porque debe garantizar el cobro".

"Hemos puesto todo para vender pero lo que no puedo hacer es no garantizar el cobro", apuntó González, que ya en el turno de preguntas dejó claro por activa y por pasiva que la presencia de Oliver ha sido el motivo principal de este desenlace: "Jesús León quiere al Córdoba, pero se ha equivocado de compañero de viaje. Hasta tres o cuatro días antes no se nos dijo que Oliver entraba, y ya entonces le dije que Azaveco pediría garantías complementarias". "Es una decisión firme, pues tenemos que dar estabilidad al equipo y a los empleados y no podemos estar en un vodevil", apuntó el propietario, que volvió a descartar la opción de José Miguel Garrido (ex del Albacete) antes de criticar la forma de actuar de León y Oliver "radiando todo sin haber comprado nada" y recordó que "la venta está cerrada hasta junio y, si León tiene otro compañero de viaje, sería el mejor presidente para el Córdoba, pero eso no lo decido yo, sino él".

Pero Aglomerados tiene la firme intención de culminar el proceso. Ayer remitió un burofax a Azaveco en el que le requiere "fehacientemente y por última vez" que cumpla lo acordado en el contrato de arras. Es más, les cita el día 22 en la notaría para cerrar la compraventa abonando los dos millones que restan y les insta a cumplir con las obligaciones asumidas antes de emprender acciones judiciales, sin descartar la vía penal, abriendo la puerta a un adelanto de la fecha para poder actuar en este mercado de invierno. El partido continúa...

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