Córdoba CF - Real Oviedo

Un mal día salvado de la mejor forma (1-1)

  • Un tanto de Aythami en los minutos finales da al conjunto blanquiverde un merecido punto ante un rival que mostró su gran nivel 

  • La insistencia y ambición de los blanquiverdes suplió sus errores en momentos clave

Aythami abre los brazos en un momento del partido.

Aythami abre los brazos en un momento del partido. / Álex Gallegos

En la trepidante remontada que el Córdoba está llevando a cabo en el último mes camino de la permanencia, todo lo que no sea una victoria puede saber a poco. El conjunto blanquiverde frenó ayer su racha de triunfos, con un empate ante el Oviedo que sin embargo puede resultar oro en el futuro, pues en un mal día los de Sandoval rescataron un punto y siguen sumando, que a fin de cuentas es lo único que vale para los equipos de abajo. Y si no que le pregunten a los rivales del conjunto cordobesista lo que cuesta sacar puntos a estas alturas de la temporada. El punto logrado, esa es la mejor noticia que deja el partido de ayer para un Córdoba que fue valiente y ambicioso, aunque también cometió errores que le costaron caro.

A pesar del runrún que despertaba el partido ante el Oviedo, el Córdoba arrancó el partido muy metido y fue el dominador de los primeros minutos, gracias al empuje que le dio El Arcángel, que registró la mejor entrada de la temporada, por encima de los 18.000 espectadores. Sandoval volvió a sorprender con un matiz importante en su equipo. Jovanovic, que era intocable para el técnico madrileño, se quedó esperando su momento en el banquillo para dejar su sitio a un Alfaro que a la vez hizo de complemento defensivo ante la profundidad del rival, y de socio de Reyes y Narváez en la línea de tres cuartos. El técnico blanquiverde quiso romper la línea de cinco defensas del Oviedo poblando de calidad en el pase corto y profundo la línea de tres cuartos, para jugar mucho a espaldas de los mediocentros rivales. Una buena idea de Sandoval que no encontró la mejor ejecución por parte de sus jugadores, demasiado lentos y predecibles en la mayoría de las ocasiones, lo que facilitó la labor defensiva del rival.

A pesar de todo, fue el Córdoba el primero en proponer a los siete minutos se asomó por primera vez al área de Herrero, con una falta que botó Aguza, prolongó Loureiro y Reyes no llegó a rematar por muy poco. Acto seguido, el utrerano combinó con Alfaro y sacó un disparo con rosca que se marchó desviado. La presión blanquiverde asfixió la salida por el centro del Oviedo, pero el equipo de Anquela encontró buenas vías de escape por los costados. Por el izquierdo, precisamente, llegó la primera ocasión del cuadro carbayón. Mossa ganó la línea de fondo y cedió atrás, para que Rocha disparara alto. Nada de que preocuparse, pues el Córdoba seguía teniendo el balón y era el dominador del choque. Sin embargo, en una jugada sin aparente peligro llegó el único desajuste defensivo del CCF en defensa, que costó muy caro. El cuadro visitante logró superioridad en el costado izquierdo y Mossa volvió a sacar otro gran pase de gol. Toché no llegó al remate, pero Fernández pifió el despeje y Fabbrini golpeó de primeras a gol.

Ahí se acabó la imbatibilidad de Pawel, que se quedó cerca de los 300 minutos sin haber recibido gol. Pero a este Córdoba ya no le duelen tanto los golpes que asesta el rival. Tres minutos después de verse abajo en el marcador, una arrancada de Reyes generó un libre directo que él mismo golpeó y que obligó a Herrero a hacer la parada de la tarde, pues el balón iba a la escuadra. El consiguiente córner lo buscó Aythami en el punto de penalti, donde fue claramente agarrado por un defensa, sin que Gorostegui Fernández diera parte de ello. Los blanquiverdes se resistían a irse al vestuario perdiendo y Alfaro tuvo una gran ocasión al borde del descanso, tras una buena combinación entre Aguza y Loureiro, pero el remate del onubense lo tapó la defensa cuando cogía marchamo de gol.

Tras la reanudación, el Oviedo se propuso que ya no se jugara más y lo cierto es que casi lo consigue. Sandoval reaccionó rápido al ver que su equipo andaba desconectado por las constantes interrupciones del juego y dio entrada a Álvaro Aguado, que cambió el panorama. El joven mediocentro acaparó el balón en la parcela ancha y permitió a Reyes jugar más liberado y cerca del área, donde más daño hace.

Al desbloqueo del encuentro ayudó también la entrada de Jovanovic, que hizo que el Oviedo diera un paso atrás y cerrara definitivamente su línea de cinco zagueros. El serbio tuvo una buena ocasión a la hora de partido y diez minutos después estuvo a punto de ganarle un mano a mano a Herrero, que salió rápido jugándose el físico y logró cortar el balón.

El choque entró en el tramo final y en El Arcángel ya se mascullaba la tragedia, pero Aythami avisó a falta de 15 minutos con un cabezazo desviado a la salida de un córner de lo que tramaba. Antes, el Oviedo pudo sentenciar, en la enésima internada de Mossa, que dejó a Linares solo, pero el punta remató sin tener clara la referencia de la meta, y lo hizo desviado. Ahí el Córdoba cogió aire y se lanzó a por todas. Y en esas, un balón colgado y rechazado por la defensa carbayona llegó hasta Loureiro, que sacó un disparo cruzado que Aythami empujó a la red de nuevo al límite del fuera de juego. Un lateral la puso y un central la remachó, la viva imagen del espíritu con el que el Córdoba se fue a por el partido al final.

A partir de ahí, la locura se adueño del choque. Quintanilla tuvo que lanzarse al suelo para tapar un disparo de Ramón Folch en el área grande de Pawel. Acto seguido, el Córdoba respondió con un disparo de Loureiro que complicó a Herrero, que tuvo que sacar el cuero a córner. Edu Ramos remató alto a la salida del saque de esquina y sin solución de continuidad, Johannesson ganó una acción a Fernández por el costado derecho y puso un balón de gol que no encontró rematador, para alegría de un Córdoba que sólo con el pitido final se conformó con un punto que a buen seguro sabrá mejor dentro de unas semanas.

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