Córdoba CF

Comunicados, cartas y 'emails' para una guerra

  • La fractura entre club y afición vive otro capítulo que acaba con pintadas contra la familia González

Alejandro González, en su encuentro con la prensa de enero.

Alejandro González, en su encuentro con la prensa de enero. / josé martínez

Unas pintadas en el estadio con mensajes como "Familia González fuera de Córdoba. Equipo y afición juntos por la salvación" o la ya clásica "Directiva dimisión" para terminar un día esperpéntico en clave blanquiverde que no hizo más que evidenciar que la fractura entre la propiedad del Córdoba y su afición es total. De hecho, la reunión programada por la entidad con diversos grupos peñísticos saltó por los aires al entender todos, a excepción de la Federación, defectos de forma en la comunicación y dudar de un trasfondo "para ocultar las visibles carencias que existen actualmente" en el club. La respuesta no se hizo esperar con una carta abierta del presidente Alejandro González explicando que el encuentro era para trazar planes de futuro y no para encarar la final del sábado ante el Alcorcón en la que el equipo se juega la vida. El dirigente dejó claro que no va "a claudicar" en su intento de "unificar todo lo que rodea al club y solucionar todos los problemas del pasado" pese a este contratiempo.

Brigadas, Incondicionales y Cordobamanía, tres de los colectivos llamados a filas por el Córdoba, firmaron un comunicado en el que expusieron su negativa a asistir a un encuentro que "margina a colectivos importantes del cordobesismo como Minoritarios CCF y los veteranos del club", con los que la entidad mantiene un claro alejamiento. Además, manifiestan su "disconformidad" por la publicación de un contenido que se les hizo saber como de "carácter privado", aunque insisten en su "predisposición a trabajar por el club animando siempre al equipo". Eso no evita sus críticas a la gestión de la familia González, por lo que mantendrán "la pañolada en el minuto 54, sin dejar de animar" el resto del encuentro. A esta nota se sumó posteriormente la Agrupación, que ya el martes indicó que no asistiría a una reunión a la que no fue invitada. Sólo la Federación, como ha ocurrido otras veces -sin ir más lejos en la manifestación del último partido en casa- mantuvo su postura de cercanía a la propiedad, que tras estos acontecimientos movió ficha.

No hubo reunión entre el CCF y las peñas en un día que terminó con El Arcángel manchado

Así, el Córdoba hizo pública una carta abierta del presidente en la que reafirmó su postura de aglutinar en una sola organización a todas las peñas del club, acabando con las diferencias entre Federación y Agrupación, así como fomentar un único foco de animación en El Arcángel (hoy existen dos, uno en cada fondo formado por Brigadas e Incondicionales). Hasta ahí todo normal, aunque luego la misiva explica encuentros que no dejan en buen lugar a algunos de estos colectivos y sus representantes, lamentando a continuación que la voluntad de la entidad saltara por los aires cuando en la previa en las oficinas se respiraba "esperanza" ante tal acercamiento.

Nuevamente las formas han jugado en contra, como casi siempre, de un club que recuerda que "esto sólo ha sido un traspié y que no vamos a claudicar" en esta política que busca la "unión". También el mandatario admite en su escrito que la intención de la reunión no era "calmar los ánimos" en este momento de crisis, sino presentar los planes de futuro, aunque bien es cierto que el momento invita a pensar en lo primero. Y así lo entendieron las peñas, a las que Alejandro González pide recapacitar porque "nada" le dolería "más que tener que avanzar sin gente que, pese a no querer aprovechar la oportunidad, sienten estos colores". Sin duda, y seguramente más que nadie, por eso son los que más quieren la victoria para comenzar a salir del agujero al que la gestión actual ha empujado al CCF, que camina hacia el abismo con estamentos fracturados y los ánimos encrespados, como lo demuestran las pintadas del estadio.

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