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Carrión, en la encrucijada

  • Con el equipo en plena caída, la figura del técnico aparece más cuestionada que nunca dentro y fuera del club.

  • El encuentro del próximo domingo ante el Huesca apunta a ultimátum definitivo para el catalán.

Luis Carrión, con gesto serio, en el encuentro ante el UCAM Murcia.

Luis Carrión, con gesto serio, en el encuentro ante el UCAM Murcia. / josé martínez

La situación límite que atraviesa el Córdoba ha puesto de nuevo en el disparadero a la figura del entrenador, en este caso Luis Carrión. Como ya sucediera con José Luis Oltra, la mala racha del equipo, que ha sumado dos puntos de los últimos 15 en juego, coloca al técnico barcelonés en una situación muy complicada y el partido ante el Huesca del próximo domingo aparece ya como un ultimátum para el actual cuerpo técnico. Todo lo que no sea un triunfo ante los oscenses podría activar de nuevo la posibilidad del relevo en el banquillo, un aspecto que suscita hondo debate en el entorno del cordobesismo.

Porque lo cierto es que existen tantos argumentos que podrían justificar el cambio de entrenador como razones para pensar que esa drástica medida no variaría nada. En esa difícil tesitura se mueve la dirección deportiva y la directiva del club cordobesista, conscientes ambos de que los resultados mandan y pueden precipitar la decisión en caso de seguir siendo negativos.

a su favor

Los defensores del entrenador barcelonés argumentan que Carrión no es el principal culpable de la situación creada, que se arrastra desde la planificación en verano, además de señalar las pocas garantías que ofrece un nuevo cambio de técnico, opción para la que tampoco existen demasiadas soluciones que en principio puedan parecer solventes.

Mala planificación no corregida en invierno

A estas alturas, resulta evidente que la planificación del Córdoba el pasado verano es poco menos que desastrosa. El equipo califal perdió a sus tres puntales del curso pasado (Xisco, Fidel y Florin) y los sustituyó por una serie de jugadores cuyo rendimiento ha quedado a años luz. En el debe de la directiva aparece la sonrojante negativa a invertir buena parte de esos ingresos en la plantilla, tanto en posibles traspasos para hacerse con jugadores de primer nivel como en sueldos más atractivos para atraer a hombres interesantes que estuvieran libres de contrato en el período estival. Para colmo, esa mala confección del plantel no ha sido corregida en el mercado invernal, donde los refuerzos han sido de perfil bajo y en posiciones extrañas, teniendo en cuenta las necesidades que el equipo tenía en la delantera y en la zona central de la defensa. El director deportivo, Emilio Vega, aseguró recientemente que el dinero no había sido un problema a la hora de reforzar el equipo en invierno y que la clasificación había pesado más, pero ese argumento se cae por su propio peso si se observan los fichajes que han realizado muchos de los conjuntos de la zona baja.

demasiados relevos y muy pocos réditos

La nada despreciable cifra de nueve técnicos han ocupado el banquillo del Córdoba desde que Carlos González adquirió la mayor parte de las acciones de la entidad en junio de 2011. Tan solo Paco Jémez en la temporada 2011-2012 y José Luis Oltra el curso pasado empezaron y finalizaron una misma temporada. El rédito de tanto cambio ha sido escaso, con la histórica salvedad de Albert Ferrer, que en la temporada 2013-2014 terminó sellando el ascenso a Primera División tras relevar a Pablo Villa en el banquillo de El Arcángel. El resto de intentonas no funcionaron, por lo que ahora la posibilidad de mejorar sacrificando a Carrión no parece demasiado sencilla.

¿Quién puede y quiere venir a estas alturas?

Con un equipo en plena cuesta abajo, sin posibilidad de acudir ya al mercado y con menos de media temporada para trabajar, ¿qué técnico solvente puede encontrar el Córdoba para reconducir la situación y salvar al equipo de manera holgada? Lo que no consiguieron Oltra y Carrión es complicado que lo consiga un tercer técnico. Además, el catalán tiene contrato hasta 2019 y la directiva blanquiverde ya ha demostrado en innumerables ocasiones su tendencia a ahorrar todo lo posible en el aspecto económico. Su salida no se antoja sencilla.

En su contra

En el lado contrario, lo cierto es que los argumentos también son de peso y podrían justificar una decisión drástica respecto a la continuidad de Carrión. La situación del equipo manda y la dinámica ahora mismo es insostenible si no se corta el domingo de raíz. Por otro lado, el preparador barcelonés se ha ganado muchos detractores por su manejo de los partidos y por la reciente renuncia a los principios que en sus primeras semanas planteó como fundamentales e irrenunciables a la hora de trabajar.

Los números del equipo hablan por sí solos

El Córdoba ha sumado dos de los últimos 15 puntos en juego. El cambio en el banquillo no ha propiciado una reacción palpable más allá del espejismo que provocó la Copa y los problemas del equipo se han agravado. Para muestra, un botón, porque el conjunto blanquiverde sigue sin ganar en casa desde el 24 de septiembre, cuando se impuso al Nàstic (2-0). De ahí que un nuevo revés ante el Huesca el próximo domingo pondría en bandeja de plata la posibilidad del relevo en el banquillo como opción desesperada.

El manejo de los cambios y las ventajas

Uno de los puntos negros que más se le achacan a Carrión es su gestión de los cambios y de las ventajas que el equipo ha disfrutado. En casa, ese último aspecto es bastante sangrante, puesto que el CCF logró adelantarse en liga ante el Cádiz y el UCAM Murcia, y en Copa del Rey ante el Alcorcón. Ninguno de esos tres partidos terminó con victoria local. Incluso fuera, cuando el equipo consiguió ganar en Reus y Oviedo, se sufrió más de la cuenta después de alcanzar dos goles de renta. La lectura del técnico catalán en los cambios está cada vez más en entredicho y la sensación es que su mensaje no ha calado del todo en la plantilla, que sigue arrastrando automatismos del pasado como la cesión de la iniciativa en cuando se pone por delante o la defensa en el área propia, cuando Carrión siempre aboga por juntar líneas lejos de su guardameta.

Renuncia a los principios del cambio

Los malos resultados han empujado a Carrión a buscar alternativas, de momento sin demasiado éxito. Nada más llegar al banquillo, el técnico catalán promocionó a Esteve y Javi Galán al primer equipo y quiso variar radicalmente la forma de jugar. Apenas dos meses después, los jóvenes han vuelto al filial sin haber aportado soluciones reales, y el equipo ya empieza a jugar menos el balón desde atrás. Por el camino, Carrión ha relegado a un papel testimonial a hombres como Alfaro, Caballero y Bergdich que con Oltra contaban bastante. Una situación complicada de manejar en un vestuario que además ha quedado sobrepoblado tras el mercado invernal.

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