Vanguardia y clasicismo se mezclan con la historia en los 14 patios que este año se incluyen en el festival fuera de concurso. Pertenecientes a instituciones, algunos de ellos guardan la esencia de las casas de vecinos mientras que otros aparecen ante el visitante como espacios modernos en los que las plantas aportan serenidad y ponen un toque de color al patrimonio.

Dos de los que conservan el carácter propio de los patios cordobeses son los recintos de Trueque, 4, y San Juan de Palomares, 11. El primero de ellos es en la actualidad el Centro de Interpretación de la Fiesta de los Patios y su cuidador ha sido, de forma intermitente desde 1974, Rafael Estévez. Ese mismo año, recuerda, ganó el primer premio del concurso porque causó furor: "fue un escándalo", apunta. Desde entonces su vida ha estado ligada a la este recinto que abre y cierra todos los días durante la fiesta.

La Barrera, 1, en el Alcázar Viejo, participa este año por primera vez en el festival

Aunque reconoce que este patio "tiene mucho trabajo", asegura que "cuando se hace con ilusión no pesa". Así, tarda dos horas en regar, "hay que barrerlo y limpiarlo todos los días y blanquear de vez en cuando las partes bajas para quitar salpicones".

Gitanillas, claveles, malva china, geranio chino, rosales, pendientes de la reina, cintas, cactus, pericones, pascuelos o romero son algunas de las especies que se pueden ver en este patio, cuyo alma es un rosal trepador de más de 60 años y el pozo que se alza en su centro.

El de San Juan de Palomares, 11, es en la actualidad la sede de la Asociación Claveles y Gitanillas y tiene tras de sí una larga historia. No en vano, en 1933 participó en la que fue la segunda edición del certamen de patios cordobeses y al año siguiente se alzó con el primer premio. En total cuenta con más de 40 reconocimientos.

Su estructura clásica (suelo de chinos, tejas en los voladizos, la escalera, un lavadero de pila árabe y un pozo) hace que sea otro de los recintos más atractivos que participan fuera de concurso.

Las tormentas que ayer cayeron en la ciudad no impidieron que miles de personas recorrieran las rutas establecidas, donde se incluyen los patios que no concurren en el certamen. Así, los del Palacio de Viana, en Reja de Don Gome, se enmarcan en la ruta de Santa Marina-San Agustín; el de la plaza de Orive en Regina-Realejo; o los de la Subdelegación de Defensa, en la plaza de Ramón y Cajal, en la de Judería-San Francisco. En esta ruta también está el Archivo Municipal, en la calle Sánchez de Feria, una antigua casa solariega del siglo XV con una estructura típica cordobesa que tiene dos patios, cada uno con una fuente y suelo de chino cordobés.

Debido a que se encuentran en la zona más turística de la ciudad, estos patios son, junto a los de San Basilio, los que mayor afluencia concentran, incluidos los que están fuera de concurso.

Así ocurre con el Zoco Municipal, en la calle Judíos, un atractivo espacio que durante todo el año recibe miles de visitas; o el del Museo de Bellas Artes, situado en la plaza del Potro, con una bella fuente en su centro y lleno de naranjos y limoneros.

También engloba esta ruta Rey Heredia, 22, un espacio municipal que posee una arquitectura antigua pero ha sido reformado. Nada más entrar, el visitante se encuentra con el patio del Claustro, que exhibe recuerdos de las tres culturas e incluso un mapa de la dispersión de los sefardíes por el Mediterráneo. Un calendario judío, el ciclo vital y el ciclo festivo de esta cultura son otros de los ornamentos que exhibe. Al adentrarse en este recinto, destaca la blancura de los patios del Estanque y el Jardín.

El Festival de los Patios supone una ocasión única para conocer no sólo los recintos de las viviendas de particulares, sino también los que guardan algunas instituciones y a los que el resto del año el visitante no tiene acceso.

Ocurre así con el del Palacio de los Páez de Castillejo, antigua sede del Museo Arqueológico y que en la actualidad está a la espera de una remodelación. En este patio los bustos de togados se mezclan con las gitanillas y las plantas acuáticas que adornan su estanque central, que está rodeado de basamentos y capiteles de columnas. Se trata de una joya más para el disfrute del público que acude al Arqueológico.

Otra institución que se incluye en la ruta Judería-San Francisco es el Archivo Histórico Provincial, ubicado en la antigua iglesia de Santo Domingo de Silos y cuya entrada es una antigua casa barroca. La desconocida calle Pompeyos guarda este tesoro al que se accede por un patio de planta cuadrada con paredes blancas, suelo de chino cordobés, una pequeña fuente y que está custodiado por varias columnas de mármol rojo.

Casa Árabe, en la calle Samuel de los Santos Gener, también se encuadra en los patios que no concurren al certamen. El edificio engloba varias casas enlazadas por galerías y cuatro patios. El de entrada -el más accesible para el turista- cuenta un pórtico mudéjar con tres arcos de medio punto y lo que era una cuadra, con un abrevadero. El último fuera de concurso de esta ruta es el de Filmoteca de Andalucía, en Medina y Corella, 5; con dos patios de arquitectura moderna.

Para concluir, en el barrio del Alcázar Viejo está el recinto de la calle La Barrera, 1, un antiguo corral que de una casa de la Puerta de Sevilla. Ignacio Álvarez, Alberto Dorado y Alexandro Luque son los cuidadores de este espacio que tiene una larga historia: fue cochera de coches de caballos y sede de la Peña El Relente. Este año abre sus puertas por primera vez dentro del Festival de los Patios.