Córdoba

Los testigos dicen que el acusado de Rute disparó a la joven a sangre fría

  • Los amigos de Carmen Romero aseguran que ella tenía miedo de Manuel G. R., ya que señalan que es una "persona violenta" y "capaz de hacer cualquier cosa"

Los testigos presenciales del crimen de Rute afirmaron ayer que el principal acusado por estos hechos, Manuel G. R., disparó a sangre fría en tres ocasiones a la menor Carmen Romero, que murió a consecuencia de los daños causados años más tarde. Incluso, declararon que tras asestar los tiros el procesado se quedó inmóvil en mitad de la calle en la que se encuentra el centro tutelado de la Junta donde vivía la joven, sin dejar de fijar su mirada sobre el cuerpo de ella tirado en el suelo debido al impacto de las balas.

Los hechos, tal y como explicaron los testigos durante la tercera sesión de la vista oral, tuvieron lugar sobre las 23:00 del 12 de septiembre de 2006. A esa hora, según la versión de una de las declarantes que se encontraba caminando por la vía donde ocurrió el incidente, Carmen Romero se dirigió acompañada de una amiga hasta el lugar en el que se encontraba el acusado y el otro inculpado, Manuel R. C., apoyados sobre un vehículo. Cuando llegó a la altura del coche, según la testigo, la joven le gritó al acusado "déjame en paz, lo hemos dejado y hago lo que quiero". En ese momento, Manuel G. R. sacó el arma de la parte trasera del vehículo y las dos chicas comenzaron a correr mientras gritaban "no, no, por favor". Pero sus súplicas no mermaron la voluntad del acusado de dispararle en tres ocasiones. "Tras los disparos tanto el acusado como su amigo se quedaron quietos y en ningún momento hicieron amago de socorrer a la víctimas, sólo huyeron", incidió.

Uno de los amigos que estuvo con Carmen minutos antes de morir, David, confirmó que la víctima y Jesica permanecieron en su vivienda, situada junto al centro, desde las 21:00 hasta que Ricardo les avisó de que Manuel G. R. estaba esperando a su exnovia para pedirle un móvil. "Carmen no se lo pensó dos veces, quería bajar para decirle que la dejara en paz", afirmó. A los pocos minutos de dejar el inmueble, David escuchó los tres disparos de escopeta. "Carmen sentía miedo de Manuel, ella me lo había comentado en varias ocasiones", confirmó el joven, e incluso añadió que el acusado es una persona conocida en el pueblo por ser "violento y capaz de hacer cualquier cosa".

El secretario de la Sección Tercera también dio ayer lectura a la declaración judicial de Ricardo, otro de los amigos de la víctima y que estuvo con el principal inculpado momentos antes del crimen, quien aseguró que Manuel G. R. le juró que "iba a matar a Carmen si no me entrega mi móvil". En ese momento acudió a casa de David a avisar a la joven de lo que pasaba. Asimismo, Ricardo confirmó el miedo que Carmen tenía de su presunto asesino y que él mismo había avisado a los monitores del centro de las amenazas de Manuel G. R. "Ella le temía porque era muy celoso", apostilló.

Varios agentes de la Guardia Civil que intervinieron tras el fatal suceso también confirmaron que el disparo se efectuó a unos diez metros de distancia y que tuvo que ser efectuado a una altura de 1,10 metros desde el suelo. A causa de las lesiones, los agentes encontraron sangre de la víctima en una fachada cercana y una bala incrustada junto a una ventana.

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