La segunda semifinal del XXXV Concurso de Agrupaciones Carnavalescas de Córdoba tuvo como protagonista el recuerdo eterno a la chirigota de Los Bebés en el año en el que se cumplen 50 carnavales desde su puesta de largo. Rostro de la formación que siempre será referente para la fiesta se dieron cita sobre las tablas del Gran Teatro para recibir un tributo a la historia de nuestro Carnaval. Sonó en sus voces el mítico pasodoble La Lagunilla. Era como volver a escuchar sones y estampas en blanco y negro, sones que después de medio siglo siguen emocionando al oyente.

En lo que respecta al desarrollo de la función, la noche se convirtió en un adelanto de lo que será la gran final del próximo viernes ante el altísimo nivel de las formaciones que tomaron contacto con las tablas del coliseo carnavalesco cordobés.

En comparsas, La comparsa del loco de Miguel Amate y A que te enamoro? de Javi Lonene se proclamaron fieles candidatas a los mejores premios. Dos repertorios de gran calado y con letras que sobresalen del resto. Más discreta estuvo la comparsa Ánimas, aunque también dejó momentos destacables.

Las chirigotas Los que le dan el biberón al Panda y al León, de la peña Los Mayas; las chirigotas Este año jugamos en casa y Manolo para los amigos dejaron muy claras cuáles son sus opciones: todas pueden contar con una tercera noche de coplas. Risas, carcajadas e ingenio dejaron las tres agrupaciones. La que no tuvo su mejor noche fue el conjunto Una chirigota con futuro.

En cuanto a la presencia cordobesa en el Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz (COAC), tan solo los hermanos Rafael y José Manuel Aranda han conseguido colarse en las semifinales. Este año se había presentado como uno de los más prolíficos en cuanto a acento cordobés en el Teatro Falla, sin embargo, las dos chirigotas (Las marisoles y Los que vienen como anillo al dedo) y la comparsa (Una comparsa histórica) no consiguieron pasar el corte de preliminares. Sí lo hizo el cuarteto Pesadilla en España, pero finalmente se ha quedado a las puertas de la semifinal, como Rafael Jordano, que competía con Un país llamado Cádiz.