josé maría bellido. portavoz del pp en el ayuntamiento y candidato a la alcaldía

"La lista será un reflejo perfecto de la sociedad cordobesa, plural y abierta"

  • Se muestra convencido de que ganará las próximas elecciones y de que será imposible un pacto de las fuerzas de izquierda

  • Quiere recuperar el contacto con la calle y los barrios

José María Bellido, en la calle Cruz Conde.

José María Bellido, en la calle Cruz Conde. / reportaje gráfico: JUAN AYALA

José María Bellido asegura que no tiene más aspiración política que ser el alcalde de su ciudad, donde vive, trabaja y ha formado su familia. Para conseguirlo tiene poco más de un año y lleva semanas recorriendo los barrios de la ciudad para dar a conocer su proyecto y escuchar propuestas.

-Parece que ha empezado pronto la campaña electoral.

-El partido me ha designado candidato con más de un año de antelación a las elecciones municipales y creo que eso es bueno porque hoy en día estoy detectando que en Córdoba hay mucha gente que ve que estos años están pasando sin pena ni gloria, con polémicas y anuncios que no resuelven nada. Así que estoy aprovechando para contactar con cuanta más gente mejor, visitar todos los barrios, colectivos, peñas y a todas las personas que quieran. Es lo que voy a hacer durante todo este año. Puede parecer una carrera electoral, pero qué mejor puede hacer un responsable público que dedicarse todo este año a hablar con mucha gente para explicar lo que quiero hacer y también escuchar propuestas.

-¿Qué le están transmitiendo los cordobeses?

-Hay un diagnóstico bastante común. Me encuentro con cordobeses que piensan que esta ciudad tiene más potencial del que le estamos sacando y hay mucha preocupación por los más jóvenes, porque sus hijos no se vayan fuera a buscarse la vida. Hay muchas ganas de sacarle a Córdoba su potencial y hacer que esta ciudad no se queda en un escaparate. En cuanto a las soluciones, también hay coincidencia en plantear que en esta ciudad lo que tenemos que hacer es ponernos a trabajar y cerrar asuntos abiertos. Todo el mundo tiene en su cabeza la logística, la agroalimentación o el turismo de congresos como objetivos para Córdoba. También están las preocupaciones diarias: que su calle esté limpia, iluminada, cuidada... La vida local es mucho más sencilla de lo que parece.

-¿Había perdido el PP ese contacto con la calle?

-Es cierto que nos ha pasado muchas veces, que cuando gobernamos nos centramos tanto, tanto en la gestión que a veces nos olvidamos de que la política también es escuchar y hablar con las personas para orientar bien las políticas. Ahora estamos en el ejemplo contrario. Este gobierno está en la mala política, no sacan temas adelante y tienen la gestión absolutamente abandonada, con 28 comisiones abiertas. Hay que tener equilibrio. Mi pasado en Hacienda, con un perfil técnico y gestor ya lo conoce todo el mundo, es mi mochila y, ciertamente, ahora lo que toca es no olvidar la otra pata. Todos los días aprendo algo hablando con las personas, te das cuenta de que tienen puntos de vista sobre los asuntos. Por ejemplo, en el tema de las licencias se hablan de retrasos y las inversiones que vienen de fuera. Y el otro día me decía una arquitecta que no es sólo los de fuera, los pequeños empresarios de aquí también están sufriendo eso. La gente te va abriendo horizontes nuevos que si te quedas en los despachos, en la gestión, no te enteras.

-Imagino que manejan encuestas, ¿cómo está el panorama?

-Ahora mismo estamos en un momento muy convulso. De lo que hemos detectado en Córdoba en la serie histórica, aquí hay dos alternativas muy claras y te digo lo que creo que va a pasar: el PP va a ganar las próximas elecciones. Estoy convencido por los datos que manejamos que va a haber un vuelco en el cual los partidos de izquierda no van a sumar en ningún caso mayoría absoluta. La explicación es muy sencilla. Ahora mismo el actual gobierno está pasando sin pena ni gloria en cuanto a actuaciones a hacer en Córdoba, no hay proyectos ilusionantes y ni entre sus propios votantes se gana el afecto. Y, por otro lado, ha sido un gobierno bastante sectario que ha gobernado sólo para unos pocos. Hay mucha gente en Córdoba que se ha sentido atacada por este gobierno y por sus polémicas, desde el cuadro de San Rafael hasta los nombres de las calles. Lo que quieren es un cambio e ilusión, que Córdoba funcione para que todos tengamos más oportunidades, que el cambio sea real y se piense en las personas.

-No me diga que usted también se va a pasar al discurso de las personas y la ciudad amable.

-No. Lo que sí es verdad es que -y también hago autocrítica- el centro de nuestra función son personas, no números. No puedo ser alcalde para tener la mejor ratio de pago a proveedores ni para tener la lista de espera más baja de atención ciudadana. Eso por sí solo no tiene sentido. Tiene sentido si los cordobeses vivimos mejor. Yo quiero que haya más trabajo en Córdoba, más posibilidades de desarrollo, porque tiene un riesgo de convertirse en una ciudad escaparate. Es una ciudad maravillosa, fantástica, Patrimonio de la Humanidad, con una Mezquita que nos pone en el mundo y eso hace que venga mucha gente a vernos. Pero Córdoba no se puede quedar en sólo un escaparate. La UCO está entre las 20 universidades mejores de España, pero los jóvenes formados tienen muy pocas posibilidades de quedarse en Córdoba.

-En las últimas semanas ha elevado el tono de crítica a la alcaldesa, ¿cómo cree que llega a este último año de mandato?

-Estoy viendo bastante nerviosismo. Hay un seguidismo de la alcaldesa a las actuaciones del PP, ha empezado a copiar algunas de nuestras actuaciones públicas. Y también veo mucho efecto y después de tres años en el que el zurrón está vacío ahora han empezado los anuncios como el plan para los colegios o la logística. Al final, el pueblo es muy sabio y difícilmente se pueden enmendar tres años de parálisis en el último ejercicio. Igual que en 2011 tuve claro que quería llevar la Delegación de Hacienda, ahora el problema es que nos vamos a encontrar el Ayuntamiento con una estructura anquilosada. Los próximos cuatro años hay que reactivar la ilusión de la ciudad y del Ayuntamiento como institución por sacar adelante proyectos.

-¿Cómo se consigue eso en el Ayuntamiento, con cada vez menos personal?

-Motivando a la gente. En Contratación hay más personal ahora trabajando que cuando yo era delegado. Sin embargo, los proyectos van más lentos y el cogobierno, cuando las cosas van mal, dicen que es cosa de los técnicos, lo cual es una forma muy curiosa de motivar a los trabajadores, culpándoles públicamente de los retrasos de las acciones de gobierno. Creo que hay que tener claros los proyectos, marcar directrices y motivar a la gente.

-¿Cree que habrá ruptura entre PSOE e IU?

-El panorama de la izquierda es curioso y va a influir mucho en lo que pase en las elecciones. No sé si van a romper o no, pero sí va a haber tensiones claras para ver quién tiene el liderazgo de la izquierda en Córdoba. De hecho, ya las hemos visto en este cogobierno, que lo que demuestra es que tienen pactos de intereses, no hay un programa conjunto, una visión conjunta. Cuando llegan las elecciones empieza a notarse, como con las ordenanzas para agilizar las licencias, donde se han presentado una desde PSOE y otra desde IU.

-¿Y Ciudadanos? ¿Cree que les apoyarán?

-En las elecciones locales hay una regla que mucha gente desconoce y es que la lista más votada, si no hay una mayoría alternativa, automáticamente se hace alcalde al cabeza de lista de ese partido. Por eso yo estoy seguro de que vamos a ganar y que entre los que ahora han apoyado a Ambrosio no van a sumar 15 concejales. Espero que los partidos, al menos, respeten el compromiso de que gobierne la lista más votada. De Ciudadanos no sé qué esperar, porque Ciudadanos cambia bastante de posición en muchos temas de un día para otro. En Andalucía apoyan al PSOE, que tiene muchos casos de corrupción abiertos y no se ve condena firme, mientras que en Madrid hay un nivel de exigencia brutal.

-¿Ha asumido que tendrá que hacer cambios en la lista?

-Quiero que la lista sea un reflejo perfecto de la sociedad cordobesa. Y vamos a empezar con una pata muy importante, como es la mujer. En la lista del PP de Córdoba para las próximas elecciones tiene que tener un peso más importante el papel de la mujer. Mujeres que llegan a esa posición por su trayectoria, su valía; no te hablo de cuotas, pero sí de tener el peso que le corresponde. Tenemos un movimiento cofrade muy fuerte, pues tendremos que tener a personas del mundo de las cofradías. Hay muchos profesionales, pues tendremos que tener a gente profesional, del sector turístico, mayores, jóvenes... Será un espejo fiel de la sociedad cordobesa, con gente que sea del PP o cercanas al partido. Yo le he criticado muchas veces a este gobierno que es sectario y la respuesta natural es que yo ofrezca una lista que sea plural y muy abierta.

-Con la que está cayendo a nivel nacional, ¿qué impacto cree que pueden tener los escándalos del PP en la política local?

-Tiene impacto, está claro. La política local se desliga en parte de la nacional porque importan mucho más las personas, las listas, los candidatos, el día a día. Ahora mismo soy consciente de que hay una influencia obvia porque soy del PP y no soy intercambiable. La suerte de mi partido es la mía. Entiendo que la política local cambia y vamos a ofrecer un proyecto a toda la ciudad de personas que se pueden presentar con la cabeza alta y la conciencia muy tranquila, con un proyecto ilusionante de una ciudad que necesita recuperar la ilusión y el dinamismo. Y eso creo que va a surtir efecto. En Córdoba estaremos por encima de la media que tenga el PP en las elecciones.

-¿Qué tiene que tener un buen alcalde?

-Un buen alcalde tiene que querer ser alcalde por encima de cualquier cosa y no tener otras aspiraciones ni pensar que esto sea un trampolín para pegar el salto a otro cargo. Tiene que tener también mucha labor de despacho y gestión y estar en contacto directo con los vecinos, porque es lo que piden. Y, por último, tiene que tener claro dónde quiere llevar a su ciudad para que prospere y se pueda vivir mejor. Y yo lo tengo muy claro, sé adónde tiene que ir Córdoba.

-¿Adónde?

-Tenemos que pasar de las palabras a los hechos y pensar en cuatro grandes ejes. Primero, ser de verdad una ciudad logística porque en eso somos buenos simplemente por la ubicación. Hay que acabar las grandes infraestructuras pendientes y ponernos a trabajar en ser una ciudad logística. En segundo, desarrollar la industria agroalimentaria de la mano de la Universidad. Tenemos también un potencial que todavía tiene que subir más en turismo ligado al patrimonio y a los congresos y, si hacemos las cosas bien, puede haber un boom porque hay muchas ganas de Córdoba en el resto de España. Y la última clave es la industria digital. Si lo conseguimos, viviremos mejor todos y nos irá mejor.

-¿Cómo está ahora el partido tras el tsunami que supuso la salida de José Antonio Nieto?

-El partido en Córdoba goza de muy buena salud. Adolfo Molina está siendo un buen presidente. Igual que en la capital se nota más esa cercanía, en la provincia está absolutamente en marcha. Ha conseguido unirnos a todos en torno a un proyecto.

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