Las balas de plástico incendiadas en las instalaciones de la planta de reciclaje Recicor XXI "no cumplen con las limitaciones impuestas por la Autorización Ambiental Integrada" que le fue concedida por la Junta de Andalucía. Y no cumplen "ni en lo relativo al origen de los plásticos, ni en el volumen de residuos almacenados", ya que la superficie incendiada se estima en 25.000 metros cúbicos, mientras que la autorización sólo permite el almacenaje de diez toneladas anuales. Esta es la principal conclusión que extrae el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamentos (SEIS) del Ayuntamiento sobre el incendio declarado el pasado 8 de octubre y que estuvo activo unos cinco días. El documento señala además que las condiciones de seguridad que debe tener la planta según su autorización, "difieren esencialmente de las que son exigibles a la instalación que realmente está operando con presencia masiva de residuos combustibles". Ante este panorama, el SEIS apunta en un informe al que ha tenido acceso el Día que se debe pedir más protección contra incendios a la empresa, "acordes con la escala de almacenamiento de residuos peligrosos", como por ejemplo una reserva de agua suficiente para el repostaje de los vehículos del SEIS.

El documento que suscribe el jefe de Bomberos recuerda que la autorización concedida a la planta establece que la instalación se destinará "a la recepción de escombros y restos de obra" y la separación de otros como hormigón, metales, maderas o plásticos" para ser reutilizados. No obstante este permiso tienes sus limitaciones y, en relación al plástico, que fue lo que ardió, sólo se podrá almacenar hasta diez toneladas anuales. La actividad, además, podría generar otros residuos peligrosos mezclados entre los escombres y restos de obra -de nuevo podría ser el plástico- pero en este caso no se puede acumular "más de una toneladas" al año.

La Autorización Ambiental Integrada exige a la empresa un Plan de Autoprotección acorde a esta actividad. Sin embargo, el informe del SEIS define claramente que Recicor ha sobrepasado los límites de estos permisos por lo que su plan no ha sido suficiente para dar cobertura a un suceso de esta magnitud, pues el fuego estuvo más de cinco días activo. El documento detalla algunos de los momentos en los que se puso en evidencia las deficiencias. Así, el día en que se declaró el fuego el reabastecimiento de los vehículos del SEIS se tuvo que realizar en una explotación agrícola cercana, "por aspiración de agua de una balsa de riego". Al día siguiente, los bomberos recargan los equipos en de un hidrante de la red municipal de agua situado en el Polígono de la Amargacena, "pues no hay otro punto más cercano". Esto implica que "inevitablemente se producen interrupciones en la proyección de agua, por lo que la efectividad se redice y la extinción se ralentiza y dificulta considerablemente". El informe insiste en sus conclusiones que la falta de suministro de agua en las inmediaciones de la planta de reciclaje ha sido "un factor determinante durante toda la intervención del SEIS", pues no sólo ha dificultado las tareas de extinción, sino también "la segunda fase sofocación por medio del sellado con tierras".

Las apreciaciones del servicio de Bomberos del Ayuntamiento coinciden con las que hizo el teniente de alcalde de Seguridad, Emilio Aumente, quien alertó de que el suceso había puesto en evidencia las limitaciones para atender un fuego de esta magnitud e incluso se refirió a los posibles efectos que podía acarrear el traslado de Cosmos y otras fábricas a este entorno.

El documento, eso sí, no establece las causas que provocaron el fuego, que lo está investigando el Seprona. El incendio se declaró a las 13:50 del 8 de octubre y la intervención del SEIS finalizó el día 12 a las 18:22.