Córdoba

La puesta en escena que vio Cervantes

  • Alumnos y profesores del instituto Galileo Galilei representan una obra de teatro en la que el autor de 'El Quijote' se convierte en testigo directo del día a día de la Posada del Potro

Miguel de Cervantes alude a la Posada del Potro en El Quijote, su obra maestra. Aunque no se ha podido probar que Cervantes se hospedara en esta posada de la capital, en el instituto Galileo Galilei se han servido de este pasaje para crear la obra de teatro El huésped del Potro, un texto de la profesora Manuela Guillén y que ayer interpretaron con gran destreza y saber hacer los alumnos y docentes de este centro del barrio de la Fuensanta. La autora del texto es profesora de Latín y Griego y presentó su creación dramaturga a la dirección del instituto en junio del año pasado. Una vez transcurrido el verano y tras una serie de retoques -en el primer texto había demasiados personajes para su representación en el centro-, Guillén hizo su propuesta final, la misma que ayer se vio en el patio del centro.

El hilo conductor del montaje es la presencia de Cervantes en la Posada del Potro, desde la que sigue escribiendo su obra más conocida, al tiempo que observa y conoce la vida y los protagonistas de este bello rincón de Córdoba. En el entorno de la Posada del Potro se dan cita clásicos personajes que van desde el vendedor de miel, el crío que intenta sacarse unos reales pidiendo o el pícaro, hasta el barbero o la mujer que vende ungüentos para parecer más joven y que resulta ser una estafadora. "Es una recreación de lo que se vivía en aquella época en la plaza del Potro y Cervantes es testigo de todo lo que pasa allí", describe la directora del montaje, la también actriz Trini Labanda, que además es profesora del instituto.

Antes de que dieran comienzo los ensayos, los responsables del instituto pidieron voluntarios entre los alumnos para saber quién iba estaba realmente dispuesto a convertirse en actor y cambiar el asueto de los recreos del curso por la interpretación. Al final, el elenco de actores ha llegado a casi la treintena, entre profesores y alumnos. Los ensayos comenzaron en octubre, según explica Labanda, quien reconoce que "es difícil dirigir y actuar a la vez".

Jorge Álvarez es profesor de Educación Física del Galileo Galilei y ayer se convirtió por unos minutos en Teodoro, un barbero y vendedor de miel. "Hemos echado muchas horas en la obra y la implicación del centro es total", anota. Para Álvarez, uno de los aspectos positivos de esta experiencia teatral es la implicación del alumnado y los beneficios que les reporta. "En vez de enseñar teatro en los libros, lo viven en directo y han visto todo el proceso", describe. No en vano, el alumnado también se ha hecho cargo, junto a los profesores, del diseño y elaboración de los decorados. Además, en todos estos meses el instituto ha conseguido fomentar el hábito de lectura entre sus estudiantes y ahondar más en la figura de Miguel Cervantes, elegida al cumplirse en 2016 el 400 aniversario de su fallecimiento. El encargo de interpretar al genial escritor fue Juan Carlos Labrador, profesor de Dibujo del centro, quien reconoce que representar a Cervantes "es un honor y un papel precioso porque ve todo lo que pasa en Córdoba en esa época".

La representación contó con la asistencia de más de un centenar de personas, entre alumnos de otros cursos, centros de enseñanza cercanos y familiares, además de la delegada de Educación, Esther Ruiz, que aplaudió con fuerza al final de la obra. No es la primera vez que la comunidad educativa del Galileo Galilei se sube a un escenario. Ya el año pasado representó Escenas de mercado junto a la Sinagoga de Córdoba. La acción, en este caso, transcurrió en un mercado próximo a la Sinagoga y, en ella aparecieron distintos personajes propios de la época tanto judíos como cristianos.

El Galileo Galilei echó ayer el telón hasta que vuelva a subir con una próxima obra.

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