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Tenemos presupuestos

  • Municipal. El Pleno aprueba las cuentas de 2017 con toda la oposición en contra, mientras que Ganemos y el cogobierno vuelven al idilio tras el supuesto encontronazo entre formaciones

La alcaldesa, Isabel Ambrosio, y el portavoz del PP, José María Bellido, en el Ayuntamiento.

La alcaldesa, Isabel Ambrosio, y el portavoz del PP, José María Bellido, en el Ayuntamiento. / barrionuevo

C style="text-transform:uppercase">ÓRDOBA es, desde el pasado martes, la primera capital de provincia de Andalucía que ha aprobado, aunque de manera inicial, los presupuestos de 2017. El Pleno dio el visto bueno a las cuentas sólo con el respaldo del cogobierno de PSOE e IU y de Ganemos, que aunque se hizo el interesante no tuvo más remedio que firmar. El PP, Ciudadanos y UCOR votaron en contra de las cuentas, entre otros motivos, porque nadie de los concejales se paró a negociar con ellos, pues todos los esfuerzos se centraron en la agrupación de electores. La maquinaria de los presupuestos ha echado a andar, pero el Pleno del otro día deja varias lecturas políticas.

Ganemos Córdoba sigue jugando su papel de interesante y fundamental en esta corporación, pese a que ya ha dado por perdida la oportunidad de entrar en el cogobierno. Hay trenes que pasan sólo una vez y a la agrupación de electores se le pasó el suyo. El otro día el propio viceportavoz de la formación, Alberto de los Ríos, reconocía que esa posibilidad ya ni está entre sus pensamientos ni en el de ninguno de los concejales. Sin embargo, a Ganemos parece que le hacía falta esa negociación para volver a recuperar ese rol que tanto le gusta. De otra manera no se entiende, por tanto, que se estiraran las reuniones hasta primera hora de la tarde del lunes con un ir y venir de ediles con teléfonos en las manos y dando sensación de que en el despacho se estaba decidiendo el futuro del mundo. Lo más significativo, además, es que si se compara el texto de acuerdo entre el cogobierno y Ganemos de 2016 y 2017 prácticamente poco ha cambiado, salvo que en esta ocasión se han añadido fechas entre paréntesis con las que la formación cree que presiona al cogobierno para cumplir sus medidas. Algunas de ellas tienen que estar en marcha ya en febrero, prácticamente en unas semanas. El tiempo empieza a descontar. La cuestión es que se pasó de hablar "lenguajes distintos" -en palabras del propio De los Ríos- a un entendimiento total.

El diálogo y los acuerdos en los presupuesto se han centrado en Ganemos

En el proceso de negociación de los presupuestos se ha dado barra libre a todo lo que proponía Ganemos y ni siquiera se han estudiado las enmiendas de la oposición, por mucho que algunas pudieran aportar algo más. No es de extrañar que en la sesión del martes pasado el enfado fuera mayúsculo, y no sólo entre el PP. La sensatez del edil de UCOR, Rafael Carlos Serrano, volvió de nuevo a imperar cuando recriminó que no se habían aceptado sus enmiendas, a pesar de que muchas eran bastante parecidas a las de Ganemos. Podría haber bastado con un simple gesto. Serrano puso también el dedo en la llaga a finales del año pasado, cuando recriminó que el afán de participación del cogobierno -que incluyó al Consejo de Movimiento Ciudadano en el consejo rector del Instituto de Turismo- no se aplica a todos por igual, pues él mismo no está presente en la mayoría de los órganos rectores de las empresas públicas y su partido ha sido votado por miles de cordobeses.

Y es que parece que el diálogo va por barrios. Es lógico que el cogobierno se apoye en la formación que le dio la investidura a la socialista Isabel Ambrosio, pero en ocasiones la actitud de la regidora refleja una debilidad impropia del cargo que ostenta. Por momentos se han cumplido las palabras del portavoz del PP, José María Bellido, que considera que la alcaldesa es "rehén" de Ganemos o que todo este proceso ha sido un "teatrillo". La ciudad amable y la del diálogo es compatible con todas las formaciones. Llegar a acuerdos es necesario, pero con todos los grupos políticos y no condicionados por las peticiones de una sola formación, exija lo que se exija. Se dijo en junio de 2015 que la política había cambiado y que era la hora de los acuerdos y pactos con la ciudad como prioridad, pero hay cosas que siguen igual.

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