El Índice de Precios de Consumo (IPC) bajó en junio un 0,1% con respecto a mayo, una leve caída que se debe sobre todo a un descenso en el valor de los carburantes y del vestido y el calzado. Ese mayor descenso se registró en el segundo apartado, concretamente cayó un 1,4% coincidiendo con la época de rebajas de verano, que tras la liberalización del comercio se han ido adelantando cada año más. En el apartado de transportes, relacionado de manera directa con el precio del carburante, el valor cayó hasta un 0,1%, impulsado ante todo por unos precios mucho más bajos de la gasolina, de un 1,4%, pero con subidas en otros apartados como la propia compra de un vehículo (0,2%).

Estos descensos han supuesto que la variación del IPC en junio, a las puertas del verano, no haya sido tan pronunciada, es decir, que no haya ido tanto al alza. Mientras que el vestido y la gasolina subían sus precios en el sexto mes del año, el resto de sectores se incrementaban o se mantenían precisamente por esa cercanía de las vacaciones. Esta máxima viene siendo la tónica durante los últimos meses con destacados incrementos en sectores como la vivienda (donde entran en juego los alquileres y la factura de la luz) u otros apartados como el tabaco y el alcohol.

La vivienda continúa al alza y en el balance anual deja una subida de un 4,6%

El caso de los precios de la energía, tanto a nivel de carburantes como de electricidad, merece un capítulo aparte. El valor del barril del petróleo alcanzó niveles muy altos a principios de año, tras encadenar un periodo de caídas consecutivas. Fue a partir de enero cuando llenar el tanque del coche empezó a encarecerse para después caer en marzo. La bajada más pronunciada se registró en mayo con un descenso del 1,2%, por lo que con la caída actual de junio ya se encadenan dos meses consecutivos a la baja.

La subida de los precios de la electricidad ha tenido un comportamiento similar pero con incrementos más destacados. A principios de año la factura de la luz era un 3,4% más cara que a finales de 2016, para después caer en picado en febrero. Estos altibajos aún continúan percibiéndose y de momento en junio ha vuelto a producirse otra subida pero algo más moderada.

Si se echa la vista atrás y se comparan los precios con junio del año pasado, se observa claramente como la vida se ha encarecido en un año. En concreto, el IPC ha subido en un año un 1,4% propiciado sobre todo por la factura de la electricidad, que es un 4,6% más cara, o de los carburantes, con una subida de un 2%.

Sobre estos datos se pronunció CCOO cuyo secretario de Empleo en Córdoba, Manuel Merino, afirmó que "es urgente que se acometa una subida salarial suficiente para que las familias recuperen el poder adquisitivo y la recuperación económica llega a ellas".