-Lleva muchos años en la gestión como primera de sus ocupaciones y ahora da un paso adelante en la organización política. ¿Cómo lo vive en el plano personal?

-Me ha costado trabajo dar este paso, lo he pensado mucho, sobre todo porque ya creía que no iba a tocar temas de partido. A estas alturas de mi vida hay 10.000 cosas por hacer, estar con la familia, por ejemplo... Pero los compañeros me pidieron que diera el paso y ahora miro a corto plazo. Lo que vaya a pasar después no lo sé porque no me gusta ir más allá de los objetivos cercanos. Mi objetivo ahora es luchar por la Alcaldía y lograr la mayor representación posible.

-Dicen que es usted un buen analista político. Si mañana hubiera elecciones y ya tuvieran al candidato con el perfil que quieren, ¿Qué pasaría?

-Es curioso cómo me atribuyen eso de ser analista electoral, pero a mí lo que realmente me gusta es analizar los comportamientos de las personas. Muchas veces los partidos no embarcamos en análisis demasiados artificiales, que son muy fríos. Pero los ciudadanos se comportan de una manera muy sencilla. Con el tiempo, me he dado cuenta de que por encima de las encuestas, está la opinión de los ciudadanos. Basta escucharlos dos o tres meses antes de las elecciones para ver qué pasará. Algunas veces me he acercado mucho a un determinado resultado electoral poniendo el ojo y el oído, sin ser forofo de las siglas, desde la mayor frialdad y analizando los comportamientos humanos. Qué pasará en Córdoba, no sé, los ciudadanos no muestran con tanta antelación su voto. Claro que si fueran mañana mismo las elecciones y contáramos con el candidato adecuado podríamos ser la primera fuerza de la izquierda, pero no me atrevo a dar el resultado final.

-Si hablamos de personas, muchos de sus compañeros ocupan importantes cargos públicos en Madrid y en Sevilla. ¿En qué medida cree que se van a implicar con usted en la Agrupación?

-Se van a implicar, y mucho. Son personas del mismo partido y de una forma o de otra estarán presentes. Pero tengo que decir que más que las personas o los cargos me preocupan las ideas y las propuestas. Se trata de adquirir compromisos con Córdoba a todos los niveles e intentar convencer todavía más a las administraciones para que puedan seguir aportando su esfuerzo a Córdoba. A los cordobeses les convencen más las actuaciones que las palabras.

-En los últimos años ha habido muchos proyectos en el aire. Sin embargo, se van cerrando iniciativas como el Palacio del Sur, como el Aeropuerto. Usted que lleva tantos años en esto, ¿a quién cree que beneficiará que se vayan visualizando proyectos: a IU, que manda en Córdoba, o al PSOE, que gobierna en las demás instituciones?

-Uno de los problemas de la ciudad es que se anuncian muchos grandes proyectos de forma reiterada y que luego no se cumplen. Eso hace que los ciudadanos pierdan la fe. Y eso influye incluso en la autoestima de los cordobeses. Hay que reconocer que muchas veces se han presentado proyectos de demasiada envergadura, se ha apuntado demasiado alto, y luego los proyectos no han salido. Eso crea frustración. Ocurre además que los políticos somos rehenes de compromisos que muchas veces decimos por salir del paso o para quedar bien y eso genera descrédito. Por eso soy partidario de decirle la verdad a los ciudadanos, porque hay cuestiones que no tiene solución aunque hayan sido prometidas.