El mes de mayo se ha iniciado en Córdoba con bronca política, aunque más de puertas para adentro, de estrategias que empiezan a salir a la luz y de enfados que se apaciguan de cara a la galería para evitar males mayores. Por si había alguna duda, no será la primera vez que aquí digamos que estamos en campaña -o precamapaña- electoral. Y no porque la alcaldesa, Isabel Ambrosio, y el portavoz del PP, José María Bellido, estén de tourné por la capital recorriendo barrios y asociaciones -que también-, sino porque el tablero de ajedrez empieza a moverse y a dejar en evidencia estrategias.
Lo que ha saltado esta semana ha sido el movimiento de la alcaldesa, Isabel Ambrosio, para apaciguar los ánimos sobre los retrasos en la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) tomando la iniciativa en una competencia que no es propiamente suya y sin tener en cuenta a su socio de gobierno, IU, y el primer teniente de alcalde, Pedro García. La regidora reconoció que los trámites se eternizan y que los empresarios estaban agotando su paciencia y desveló sin previo aviso que el Ayuntamiento estaba trabajando en una ordenanza para agilizar todas esas cuestiones. La respuesta de García no se hizo esperar y le pidió que no presentara nada sin contar con la Gerencia y que, además, el número de licencias se había incrementado en el último año. Electoralista fue alguno de los calificativos que utilizó el portavoz de IU para referirse a la alcaldesa, que hizo caso omiso y dos días después se reunió con el presidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO), Antonio Díaz, para presentarle su plan. García ha optado después por la prudencia en un giro también de estrategia quizá convencido por su personal de confianza. De nada iba a servir echarle más leña al fuego, más que para ponerle a la oposición en bandeja su crítica. Otra cosa es que se opte por romper definitivamente el acuerdo de gobierno, algo que pasará previsiblemente antes de las elecciones.
La regidora, también aconsejada por su equipo, quiere mostrar la imagen de que toma la iniciativa y ponerse medallas en esta batalla electoral. Ajena a la polémica ha insistido en su conocido discurso de "el cogobierno es una piña" pero esta vez en su versión "no hay fisuras". Y habrá quien se lo crea. La campaña ha empezado, de eso no cabe duda, y aunque ha habido antes otros enfrentamientos entre PSOE e IU -recuerden la Semana Santa o la polémica con los hosteleros por los veladores- a partir de ahora serán más frecuentes y virulentos. En medio de este enfrentamiento entró en acción la Asociación de Constructores de Córdoba, Construcor, criticando el numerito entre PSOE e IU y acusando de que esas "escaramuzas" políticas van contra el crecimiento de la ciudad. Casi nada.
En esta batalla electoral, el punto de partida de unos y otros no es el mismo. Pedro García está cada vez más en entredicho dentro del proceso que se ha abierto entre IU y Podemos para concurrir de manera conjunta a las elecciones municipales. Aunque haya quien vea clara su candidatura, el portavoz está bastante preocupado. La alcaldesa se siente sin embargo reforzada y su liderazgo ya no es tan discutido en el partido. Hay quien lleva tiempo diciendo que el bipartido saltará por los aires antes de las elecciones y cada uno hará la guerra por su cuenta.
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