La Gerencia de Urbanismo ha cambiado de forma brusca de criterio y no permitirá a la empresa Luyfe, promotora de un parking de cuatro plantas en la calle Sevilla, explotar el estacionamiento en régimen rotatorio, esto es, abierto a los clientes que paguen por utilizarlo de forma ocasional. El teniente de alcalde de Urbanismo, Andrés Ocaña, aseguró ayer que cuando se conceda la licencia de obras a la edificación, se limitarán las posibilidades de explotación al uso exclusivo de residentes -en puridad, a quienes tengan una plaza de forma permanente vivan donde vivan.

Ocaña explicó que la decisión de la empresa promotora de renunciar a las dos plantas de sótano a las que tenía derecho inicialmente, y la limitación ya prevista de que más de la mitad de las plazas fuera para los residentes, indica que lo mejor es que se aplique esa opción. La tesis de Urbanismo es que son tan pocas las plazas de garaje en rotación que es más el perjuicio para el tráfico que causarían los automóviles que el beneficio que generaría de alivio para las necesidades de estacionamiento en la zona.

Originalmente, el proyecto contemplaba cuatro plantas bajo rasante y dos bajo la cota de la calle. En total, se preveían 256 plazas de automóviles y 39 para bicicletas, de reserva obligatoria. La renuncia a las dos plantas subterráneas deja el proyecto en 171 automóviles y 26 puestos para ciclistas. La decisión de la empresa se ha motivado en los informes de los arqueólogos que alertaban sobre la previsible existencia de restos en el subsuelo de la zona. Lo extraño de la situación ha sido que ni siquiera se han realizado catas arqueológicas que documenten el interés de los riesgos decidiendo sobre la marcha la reforma del proyecto.