La Sal de los días

El panoramade septiembre

  • Tras las vacaciones, los socios de gobierno retomarán una cartera cargada de tareas pendientes · Mientras el PSOE llegará con la tranquilidad de haber cerrado sus congresos, IU estará en pleno apogeo de su debate interno · Ya hay socialistas que no comparten que se haga tanta alusión a los malos resultados en la capital

Son muchos los que ya tienen la maleta detrás de la puerta para salir corriendo y dar un portazo a quebraderos de cabeza y problemas que han inundado el quehacer diario en este curso que acaba. Pero septiembre llegará, y con él la cruda realidad de proyectos inconclusos que precisan que alguien se ponga a piñón fijo con ellos. Cuando esté aquí ese momento, IU y PSOE se tendrán que enfundar el uniforme de trabajo y tomar las riendas de la Fundación para la Capitalidad, del Palacio del Sur, del Recinto Ferial y de tantos y tantos asuntos que todavía están enquistados. Pero cuando llegue la temida vuelta al cole, los socialistas estarán en mejores condiciones de partida que sus socios de gobierno, que vendrán de las vacaciones con la mirada ya puesta en la asamblea del renovarse o morir, y ya se sabe lo dados que son en IU a distraerse con cualquier cosa que suponga tensión interna. Otra cosa no sé, pero tensión habrá en el cónclave en el que se supone que deberán decidir el futuro de la coalición de izquierdas, que ha llegado a un punto de no retorno.

Decía que el PSOE llegará en mejor forma en septiembre porque esta formación ya ha cerrado sus procesos congresuales con una tranquilidad en sus filas que los más jóvenes no conocían. Se supone, pues, que volverán al tajo con la fortaleza que les da el ser un partido cohesionado y sin fisuras en torno a la nueva dirección. Sin embargo, también es cierto que los socialistas son especialistas en despertar recelos entre ellos, y ya son algunos los que están escamados ante tanta llamada de atención que hubo en el Congreso provincial del 19 de julio sobre los malos resultados electorales en la capital cordobesa. Evidentemente es así. El PSOE no logra levantar el vuelo en la ciudad, arrastrado por una IU que ha suplantado su lugar natural atendiendo a la tendencia de voto en el resto de capitales de provincia, pero eso no se puede intentar solventar creando la sensación de que desde la avenida del Aeropuerto se va a controlar desde el primer hasta el último paso de los concejales. Las relaciones no siempre han sido de total confianza entre la sede socialista y el equipo de ediles, incluso durante la campaña electoral, y poco ayudará que se pretenda ejercer una supervisión constante. Estrategia común, sí; objetivos compartidos, también, pero debe haber cierta dosis de autonomía importante. Así fue con Antonio Hurtado, a quien se le dio el visto bueno a la consigna de ataque constante a IU en materia urbanística, si bien se le permitió que imprimiera su propio perfil al trabajo. Luego, de nada le sirvió, ya que el recambio llegó con Rafael Blanco y los aires que empezaron a correr fueron distintos.

Si en la Conferencia Política que el PSOE andaluz pretende celebrar a principios de 2009 para fijar su estrategia y sus discursos también se busca perfilar las candidaturas y las consignas para los grandes municipios, es importante que en Córdoba se sepa qué se quiere. Si se apuesta por el equipo actual, de nada sirve transmitir la sensación de que se ha errado en la elección. Antes hubo otros y todos pusieron su grano de arena para que la situación sea la que es, la de un partido que gobierna en España y en Andalucía y que en la ciudad se mantiene como la tercera fuerza.

La vuelta al cole no será fácil, y el tsunami que puede provocar el destino final de IU tendrá tal intensidad que los papeles deben estar muy bien repartidos. Si hay incertidumbres, si hay recelos, puede que no sólo haya barcos a la deriva en el seno de la coalición de izquierdas. No hay que olvidar que aquí hay un cogobierno.

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