Que la resolución del problema en el que se ha convertido el Palacio de Congresos de la calle Torrijos no iba a salir gratis era algo previsible. De hecho, el edificio ha permanecido cerrado durante años, hasta que la Junta de Andalucía pudo -por fin- resolver el contrato con la empresa adjudicataria y barajar otras opciones, como la de encargar los trabajos a la empresa pública Tragsa. Lo primero era sin duda realizar trabajos de limpieza y acondicionamiento del inmueble, una tarea que ha durado en torno a tres meses y que cuesta a la Administración autonómica casi 150.000 euros. Luego vendrá la conclusión de las obras pendientes y una tercera fase de la que aún no se ha redactado ni el proyecto.

¿Y por qué esos 147.000 euros sólo en limpieza? Pues la propia Administración autonómica lo reconoce en el documento por el que encarga a Tragsa esas labores, donde indica que "la interrupción de los trabajos y suministros [que tuvo lugar en el año 2015] ha supuesto el deterioro de los mismos con el paso del tiempo, provocando, además, el empeoramiento de las condiciones de acopios y residuos no retirados". La Junta añade que "la situación actual hace necesario que se acometa la finalización de las actuaciones, por lo que se deben iniciar los trabajos de acondicionamiento de las obras ya ejecutadas de rehabilitación, mejora y adecuación del Palacio de Congresos de Córdoba con carácter inmediato".

Tragsa asume la comprobación de la instalación eléctrica y de la climatización

La propia empresa pública Tragsa también lo admite en un informe sobre la situación del Palacio de Torrijos y asegura que "desde entonces [finales de 2015] se ha ido produciendo un deterioro de los trabajos ejecutados como consecuencia de la paralización de las obras y del estado de precariedad que suponen las obras sin concluir". Así las cosas, la adjudicataria entiende que es necesaria "realizar los trabajos de limpieza, adecuación de accesos, desinfección, reparación de daños así como los estudios y comprobaciones de los trabajos hasta ahora ejecutados que permitan la reanudación de las obras en las mejores condiciones posibles".

La mera enumeración de las tareas que han considerado como necesarias tanto la Junta de Andalucía como Tragsa dan una idea del estado real en el que se encontraba este histórico edificio. Así, el documento facilitado por la Administración autonómica recoge entre las actuaciones el apeo y tronzado con medios manuales de la palmera existente en el patio Hernán Ruiz, que está afectada por el picudo rojo y "es necesario quitarla del patio. Se contempló también el desbroce manual de los diferentes patios interiores. En cualquier caso, incluye la retirada manual de los residuos a zona de acopio". Además, se ha ejecutado de forma generalizada la recogida y retirada de los escombros y residuos existentes en toda la obra, así como un recuento y clasificación de todos los materiales existentes en la obra. También se está actuando en la limpieza del salón plenario, donde "es obligatorio realizar una termonebulización para el control de plagas, tareas de desinfección y desinsectación, así como una desratización en el perímetro exterior, red de saneamiento y sótanos".

Además de todo eso, Tragsa tiene como misión comprobar el estado de la climatización y limpieza y desinfección de todos los conductos. Se han instalado redes en todos los huecos para evitar la entrada de avifauna en la zona de actuación y se incluye la reposición del vidrio dañado de la montera existente en el patio Hernán Ruiz, a lo que se une también la retirada del toldo existente. También ha sido necesario el montaje de un andamio túnel para la no afección del anidamiento y procreación de la especie de ave cernícalo primilla.

Otras tareas desarrolladas son una comprobación exhaustiva robotizada del estado de las instalaciones de climatización para poder valorar el estado de las mismas y su correcta funcionalidad en un futuro, ver el estado del centro de transformación, el "megado" de toda la red de baja tensión instalada, un informe del estado de la estructura instalada, así como de toda la carpintería metálica o el cálculo del nuevo forjado del salón de plenos. Las fuentes consultadas por el Día han señalado que esas labores de limpieza están ya prácticamente terminadas, ya que la primera encomienda de gestión a Tragsa para ello -de tres meses- cumple precisamente mañana.

La delegada del Gobierno de la Junta en Córdoba, Rafaela Crespín, ya explicó que la rehabilitación prevista se llevará a cabo por fases. La primera se centra en dar uso al salón de actos, que estará operativo el próximo año. Apuntó que Tragsa asume la recuperación de las obras realizadas con la limpieza de las zonas afectada y la retirada de escombros y paralelamente se redactará el proyecto para la dotación integral del salón de actos. Estas dos actuaciones pueden llevarse a cabo de manera simultánea. La tercera fase consistirá en la ejecución de las obras definidas en el proyecto. El coste de las intervenciones previstas es de 2,8 millones, incluidas las actuaciones complementarias que puedan surgir durante la fase de la limpieza.

Crespín apuntó que "contamos con todas las garantías para poder retomar las obras con todos los informes jurídicos favorables, así como el de la propia Intervención". Para tomar esta decisión la Junta ha encargado un informe a la Dirección General de Patrimonio sobre las obras de rehabilitación del Palacio de Congresos, en el que ha analizado el expediente completo y en el que incluye la relación de actuaciones y opciones existentes para la terminación definitiva de la rehabilitación y la puesta en servicio del edificio.