Córdoba

Los jóvenes toman El Arenal

  • El botellón del Balcón Guadalquivir reúne a 12.000 personas en las horas más frescas pero se resiente con respecto a años anteriores por el intenso calor que también se dejó notar en las calles de las atracciones

Varios jóvenes se hacen un 'selfie' sobre el Balcón del Guadalquivir, donde miles de personas volvieron a concentrarse en el ya tradicional botellón.

Varios jóvenes se hacen un 'selfie' sobre el Balcón del Guadalquivir, donde miles de personas volvieron a concentrarse en el ya tradicional botellón. / josé martínez

Las 12:00 del mediodía. El Arenal se recupera de un martes de Feria de convivencia y los empleados municipales ultiman los trabajos para que cordobeses y turistas disfruten de una de las jornadas grandes de la última de mayo. Hay quien refresca el albero, quien riega las macetas, quien recoge la basura. Las casetas también han empezado a hacer el sofrito del arroz que servirán junto a las consumiciones, reponen el fino que se gastó y también el Seven Up, que ya queda poco. Las atracciones aún tienen el toldo echado y parece mentira que dentro de unas horas esto sea el epicentro de la fiesta. Es miércoles de Feria, el día del niño y del estudiante, el de las familias, el de los amigos, pero sobre todo, el del botellón.

Cuando pasa un rato el recinto ferial ya ha cambiado de aspecto. Ya se ven los trajes de gitana, los coches de caballos y las recepciones en algunas casetas que comienzan a llenarse para la hora de comer. Ya hay algún cacharrito que da vueltas (aún con poca actividad) y algunos autobuses han comenzado a funcionar (con polémica incluida). Esto ya se parece más al miércoles de Feria que todo el mundo tiene en mente. El calor aprieta y la sensación en el albero alcanza los 40 grados. Hay quien se pregunta si de verdad los jóvenes "tienen ganas de ponerse a beber bajo el sol con esta calor" y sólo hay que darse una vuelta para verlo. Otros años los cielos nublados han mostrado un Balcón del Guadalquivir mucho más concurrido a primera hora de la tarde. Ayer, sólo los más valientes llegaron a eso de las cuatro al río con las bolsas cargadas y las ganas llenas. Bajo el refugio de sombra que daba el Puente de El Arenal un grupo de jóvenes se preparaba el primer cubalitro de rebujito, aunque lo reconocían: "Con el calor que hace, en media hora no nos queda hielo". Era un grupo de estudiantes del Máster de Psicología General Sanitaria, camiseta incluida (cómo no), que se lanzaron a darlo todo desde bien temprano porque "ya mismo comienzan los exámenes y tenemos que aprovechar".

Este año la zona de botellón se llenó algo más tarde debido a las altas temperaturas

A la valentía de los psicólogos se unieron algunos grupos más que cada vez se iban haciendo más grandes a medida que avanzaba la tarde. A la misma vez que crecía el número de jóvenes en el botellón, también lo hacía la cantidad de policías locales destinados para controlarlo. Medio millar de agentes, como en su día informó el concejal de Seguridad, Emilio Aumente, estuvieron atentos a que no ocurriera ningún problema en esta macroconcentración de jóvenes y adolescentes y, por supuesto, a vigilar a los menores. Aunque abarcar a las miles de personas que se concentran aquí cada año es tarea casi imposible, el Ayuntamiento se ha propuesto en esta edición controlar con ahínco que los menores de 18 años no consuman alcohol.

Sobre las 20:00, aún con calor pero con algo de respiro, ya estaba el Balcón del Guadalquivir aportando su imagen de cada miércoles de Feria. "Este cuerpazo cotiza en bolsa" o "Entre placa y placa trae pa'ca ese cubata" eran algunos de lemas sesudos que podían verse en las camisetas de colores que una vez avanzaba el día ya iban tomando unos tonos diferentes. Hasta 12.000 personas llegaron a concentrarse en este espacio, algunos menos que en otras ediciones donde se llegó a 15.000, pero este año el calor hizo de las suyas.

Eso sí, en contra de la creencia popular, no son sólo los más jóvenes los que suelen protagonizar el gran botellón de la Feria. Ayer también se pudo ver a grupos de amigos rondando los 50 que, a falta de algo más económico, también se llevaron su lote para el río antes de entrar en El Arenal. Ese fue el caso de un grupo de amigos que vinieron desde Jerez (Cádiz), donde su feria ha acabado hace apenas unos días, y que aprovecharon para tomarse algo al fresco del río y ya después ir a las casetas.

Eso sí, aunque el de ayer fue el día del botellón por antonomasia, hoy, mañana y el sábado también se esperan jornadas de bulla. El miércoles fue la previa de esos días grandes donde, con los niños ya de minivaciones, el recinto ferial es tomado por las familias para disfrutar de lo que queda de un Mayo Festivo que ha llenado Córdoba.

Habrá algunos a los que les cueste, después del día de ayer, de seguir el ritmo en lo que queda de Feria. Los bolsillos, después de pagar el enésimo cacharrito, también se habrán resentido y el rebujito tendrá más Seven Up que fino. Para los que aún no hayan pisado el albero, queda Feria para rato.

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