La arqueóloga, gestora cultural e investigadora de la Universidad de Córdoba, María del Pilar Ruiz Borrega pronunció ayer la conferencia del ciclo la Pieza del mes, que dedicó a la rentabilidad social del Megalitismo cordobés a través de sus ajuares. En ella trató las manifestaciones que han quedado de las primeras culturas metalúrgicas del tercer milenio antes de Cristo, como la cerámica campaniforme y los dólmenes. En la provincia de Córdoba, se localizan algunas de estas piezas cerca de núcleos mineros, tanto en el Valle del Guadiato como en Los Pedroches. Aquí se sitúan los de la Sierrezuela (Fuente Ovejuna), las Aguilillas (Villanueva de Córdoba) o el de las Casas de Don Pedro (Belmez). En este último caso, su excavación ha aportado un ajuar lítico conformado por hojas de sílex, puntas de flecha, cuentas de collar, fragmentos de cerámica y restos óseos que se pueden observar en el Museo Arqueológico. Además, del estudio de estos restos se deduce que el enterramiento fue utilizado en, al menos, dos ocasiones, la más antigua, al menos por lo conocido hasta ahora, parece ser los restos óseos humanos acompañados por el ajuar consistente en las hojas de sílex, las puntas de flecha y las cuentas de collar. Posteriormente, el dolmen debió ser reutilizado para enterrar, al menos, a otro individuo, al cual acompañaban los objetos de metal.

Ruiz insistió en la idea de que los gestores del patrimonio "debemos advertir qué le interesa a la sociedad" para conseguir esa rentabilidad social del patrimonio. La mayoría de los yacimientos están "olvidados", mientras que hay que apostar por la sensibilización para proteger este legado. La arqueóloga lanzó la idea de que "no respetamos lo que no conocemos", lo que quiere decir que todavía se dan casos de expolio o "hay gente que le da patadas a piedras porque no saben el valor que tienen". En realidad, apuntó, "no saben que le están haciendo daño al patrimonio". En este sentido, la difusión es muy importante y se refirió a algunos talleres realizados en yacimientos como Ategua o las Aguilillas en Villanueva que, en su opinión, hay que realizar en colaboración con las administraciones para que el mensaje llegue. El Museo del Pastor de Villaralto o la Ruta del agua en Adamuz son otras de las iniciativas que se planifican para trasladar el valor del patrimonio. Para esta difusión es también muy importante el papel que tiene la educación.

La arqueóloga se refirió al papel de las administraciones en la gestión del patrimonio y aseguró que "hay que cambiar el chip" y no estar esperanzados sólo a los recursos públicos, sino buscar también la inversión privada. Este punto generó un debate entre los asistentes en el que se opinó también que la empresa particular debería participar en estos proyectos cuando no sea posible hacerlo por parte de las instituciones.