El fiscal reclama un año y medio de prisión para un hombre acusado de intentar cobrar un cheque por valor de 1.300 euros que había sido robado con anterioridad. Para cometer el delito, el imputado había tenido que falsificar previamente la firma del titular. Según la calificación del Ministerio Público, en una fecha no determinada llegó a poder del acusado un talonario de cheques correspondientes a la cuenta corriente de una entidad financiera.

El día 17 de noviembre de 2006, el acusado rellenó uno de los citados documentos extendiéndolo al portador por valor de 1.300 euros, lo fechó a 12 de noviembre de 2006 y estampó una firma que pretendía ser y parecer como la del legítimo titular del documento. Al poco tiempo, acudió a una sucursal situada en Córdoba para cobrar el cheque, lo cual no pudo realizar porque el cajero comprobó que el cheque estaba anulado por sustracción. El propio cajero dio aviso a la Policía que se personó en la sucursal y procedió a la detención del acusado, quien desde el primer momento reconoció los hechos. Estos hechos constituyen un delito de falsedad y otro de estafa en grado de tentativa.