La realidad de colombia El Gobierno de Uribe contra las FARC

Una "gran noticia" a miles de kilómetros

  • Los inmigrantes colombianos, sorprendidos por la liberación de Ingrid Betancourt

A Jorge Yepes, un pintor colombiano afincado en Córdoba, la liberación de Ingrid Betancourt le pareció una "gran cosa". Maryeny Melo, una estudiante de turismo de Pereira, jamás pensó que este momento llegaría. Y Yazmin Agámez, una colombiana de paso por la ciudad, la noticia le sobrecogió: "Fue una sorpresa y estamos muy contentos. Es un gran paso para nosotros", valoraba ayer por la tarde esta profesora de Química de la Universidad Nacional de Bogotá, de viaje por España desde hace dos semanas. Las imágenes de Betancourt prisionera en la selva colombiana, enferma y desnutrida, han dado la vuelta la mundo durante los últimos años y se han convertido en la imagen del terror impuesto por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Muchos auguraban para Betancourt el mismo final que han padecido decenas de cautivos de la guerrilla: "Pensábamos que se iba a morir, que la iban a matar como ha ocurrido tantas veces", relataba ayer Maryeny Melo. Natural de la localidad colombiana de Pereira, esta estudiante de turismo conoce bien qué significa vivir con el terror de las armas: "Mi padre es policía y tiene que acudir a servicios cuando hay algún avance de la guerrilla", dice con temor. La liberación de esta política por parte del Gobierno colombiano supone, según Melo, una muestra clara de que "ya no van a poder imponer tanta presión".

En Bogotá, la capital, muchos ciudadanos viven ajenos a lo que acontece a cientos de kilómetros, en los núcleos rurales de la selva. Pero el cautiverio de Betancourt creó una marea solidaria y humanitaria de la que ha sido testigo Yazmin Agámez. "La manera en que el Gobierno ha sido capaz de meterse en las FARC es una señal de que la guerrilla está debilitada. Está claro que el Gobierno lo tenía todo muy bien planteado y ha sabido intervenir por el punto más débil", dijo esta profesora de Química. "Es un gran paso para todo el país", concluyó.

"Es una gran noticia para la nación, no se lo esperaba nadie", también reconocía ayer John Jairo, un colombiano de 38 años residente en Córdoba. "La guerrilla le ha hecho muchísimo daño al pueblo colombiano en los últimos años y el ambiente ahora cambia por completo", aseguró este inmigrante que reside en España con su madre y sus tres hermanas.

Apolítico y "totalmente desinformado", el pintor Jorge Yepes se afincó en España hace 12 años procedente de la ciudad de Medellín. "Allí no se percibe la presión de la guerrilla, aunque nunca sabes quién puede pertenecer a las FARC. Puedes tener conocidos o vecinos que guardan panfletos, que pasan información, que tienen armas... Es imposible saberlo", reconoce. Así que, a pesar de la distancia, el temor se cuela en el día a día. "Me parece una gran cosa lo que ha pasado con Betancourt, es estupendo", valoró. "Aparte de ser un personaje político, Betancourt fue secuestrada porque era una enemiga de quienes están en contra de la democracia", dijo Yepes, quien se mostró "contento" por que haya sido el Ejército el responsable de la liberación. "Así se ha evitado que políticos oportunistas como Hugo Chávez se aprovechen de la situación", concluyó.

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