Córdoba

La gloria que llega antes del final de la Pasión

  • La Virgen del Rayo realiza estación de penitencia en la Catedral después de un Viernes Santo a medias

Procesión de la Virgen del Rayo.

Procesión de la Virgen del Rayo. / reportaje gráfico: jordi vidal

La Virgen de los Dolores y del Rayo regresó un Sábado de Gloria más a la Catedral convirtiéndose en el único referente sacro de este día de casi descanso cofrade hasta el momento en el que hoy salga el Resucitado de Santa Marina. La Dolorosa del Campo de la Verdad, de la parroquia de San José y Espíritu Santo, salió bien entrada la tarde de este templo de intensa devoción que el Lunes y el Viernes Santo también aportan, con la Vera-Cruz y el Descendimiento, su trocito de barrio a la Pasión cordobesa.

La Virgen de los Dolores y del Rayo es la única advocación de la que Córdoba disfruta entre este paréntesis entre la sobriedad del Viernes Santo y la alegría del Domingo de Resurrección y lo hace tras regresar el año pasado por haber sufrido una serie de vicisitudes en ejercicios anteriores.

Fue un recorrido corto el que llevó esta cofradía sureña que, saliendo de la citada parroquia, caminó directa hasta la Mezquita-Catedral, haciendo prácticamente el mismo trayecto que las cofradías de los días de Semana Santa, y que luego volvió por el mismo lugar para gustarse en las calles de su barrio. Lo hizo, además, acompañada de la Banda Sinfónica Municipal de Dos Torres que puso sonido al caminar de esta Dolorosa sin palio cuya talla es anónima y cuyo origen se data entre finales del siglo XVI y principios del siguiente.

Así salió la Virgen del Rayo en un día de tiempo espectacular que vino después de una jornada de Viernes Santo ensombrecida por la lluvia, pero donde las hermandades -todas menos los Dolores- le echaron valentía para no dejar a Córdoba sin su sobriedad característica. Esa valentía le salió algo cara a las hermandades del Descendimiento del Campo de la Verdad y el Sepulcro de la Compañía que, a pesar de acortar su recorrido, se vieron sorprendidas por las lluvias, ya de noche, cuando caminaban de vuelta a su templo tras procesionar por carrera oficial.

Fueron, por lo tanto, cuatro las cofradías que sacaron a sus titulares a la calle en esa jornada de tiempo inestable y en la que faltó la Señora de Córdoba, la Virgen de los Dolores. La hermandad servita también tomó una valiente decisión, quedarse en casa, y no arriesgarse a poner su patrimonio en las calles por los problemas que pudiera generarle una posible lluvia. Pero Córdoba no se quedó sin ver a los Dolores, ya que la cofradía abrió las puertas del cocherón situado junto a la iglesia hospital de San Jacinto para admirar y rezar ante las santas imágenes, todo ello mientras la banda de música Nuestra Señora de la Estrella interpretaba varias marchas para una de las Dolorosas de Capuchinos.

Salieron, como ya se ha dicho, el Descendimiento y el Sepulcro, pero antes le precedieron la Expiración y la Soledad. Las cofradías de San Pablo y Santiago, respectivamente, realizaron estación de penitencia hasta la Catedral a un ritmo mucho más acelerado que de costumbre, siendo las primeras de este Viernes Santo en acudir al recorrido común. Hoy será la hermandad del Resucitado la encargada de poner el broche final a una Semana Santa con muchas luces y pocas sombras.

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