Antonio Hermoso. Presidente de Fepamic

"El esfuerzo de ser productivo lo tiene que hacer el discapacitado"

  • La Federación Provincial de Minusválidos Físicos de Córdoba cumple 20 años con el reto de la igualdad, el empleo y la eliminación de las barreras arquitectónicas

–¿Qué supone para Fepamic cumplir 20 años?

–Supone haber conseguido definir un modelo propio de asociacionismo, que ha sido asumido por los 32 colectivos que integran la federación y los 5.100 asociados. Con ello, se rompe la tradición de los colectivos de intentar obtener subvenciones para desarrollar sus programas; nosotros hemos buscado autofinanciarnos para tener libertad de acción y trabajar en lo que creemos. Además, con este modelo se rompen los topes económicos que marcan las subvenciones de las administraciones, y aunque corremos riesgos, es muy satisfactorio.

–¿Qué ha logrado la federación en estos años en la provincia?

–Empezamos trabajando con carácter voluntario y actualmente hay 350 trabajadores en nómina, además tenemos 18 vehículos adaptados, cuatro gimnasios, así como una sede en la capital y otras en Fernán Núñez y Lucena. Otro reto logrado es la residencia que tenemos en la capital. Hemos conseguido, además, transmitir a los discapacitados que podemos conseguir lo que intentamos y eso les ayuda de cara al futuro.

–¿Qué retos le quedan a Fepamic para los próximos años?

–Quedan todos, porque todo depende de porcentajes. Actualmente la tasa de paro de las personas discapacitadas es del 75%, por lo que debemos seguir luchando en buscar empleo para los discapacitados en la empresa ordinaria y aumentar nuestra propia oferta. En cuanto a los vehículos adaptados, tenemos 18, pero con ellos no damos servicio a toda la ciudad y no llegamos a la provincia. La fisioterapia es muy importante y hacen falta más gimnasios, así como centros de día en la provincia, donde se necesitan diez más.

–¿Hay discriminación positiva con los discapacitados?

–Sí, existe, pero ha perdido fuerza, porque ya la hay con los mayores de 45 años, con las mujeres maltratadas, con los jóvenes... Si se suman todos estos colectivos al final no se discrimina a nadie porque somos todos. Las ayudas están bien, pero el esfuerzo de estar formados y de ser productivos lo tenemos que hacer los discapacitados. Esa pelota no se puede pasar a la administración, ya que si no los sueldos serían pensiones. Es cierto que los discapacitados para ser productivos tenemos que tener acceso a una formación de calidad y a facilidades para usar los recursos que tiene la sociedad.

–¿Cuál es el próximo proyecto de Fepamic?

–Vamos a ampliar la residencia que tenemos en la capital en 30 plazas para llegar a las 106. Es un proyecto viable, que vamos a financiar nosotros y que ya está en estudio. Además, hemos aumentado la oferta de empleo en limpieza viaria al ganar un concurso en Cuenca. Es una vía más que hemos abierto de forma experimental fuera de la provincia para obtener empleo.

–¿Qué reivindica la federación a las administraciones?

–Compromiso. Hay temas que no podemos conseguir desde la federación, como son eliminar las barreras arquitectónicas, hacer las adaptaciones curriculares o ampliar el catálogo de ayudas técnicas. En barreras se ha hecho algo, pero queda mucho. Hay que seguir trabajando con más intensidad y agilidad para hacer realidad su eliminación.

–¿Cómo ha sido la evolución de la sociedad en los últimos 20 años?

–Cada vez estamos más en la calle, por lo que se tiene más asumido que existimos. Hay menos exclusión, porque los discapacitados se atreven más a salir a la calle, a buscar de trabajo, a acudir a unidades de día y a residencias. Lo primero para resolver un problema es ser consciente de que existe y ese paso se ha dado.

–¿Qué va a aportar la Ley de Dependencia a los discapacitados?

–No está en pleno desarrollo, pero debe aportar soluciones que hasta ahora no había en ayuda a domicilio, unidades de día y cuidados familiares. Ha habido otras leyes antes, respecto a la eliminación de las barreras, por ejemplo, que no se han cumplido. Hay que ver cómo se desarrolla.

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