Córdoba

La defensa de un acusado de agredir a un médico alega que éste le provocó

  • La Fiscalía pide un año y tres meses de prisión por el incidente, ocurrido en Baena

La defensa de un individuo que se enfrenta a un año y tres meses de prisión por agredir supuestamente a un médico alegó ayer que el facultativo "no actuó con la diligencia debida" al atender a la hija del procesado y que, por tanto, "provocó la actuación". Los hechos se produjeron sobre las 14:00 del 8 de agosto del año 2006 en el centro de salud de la localidad de Baena. "Llegué con mi hija y el celador me dijo que esperara. Oí que dentro de la consulta estaban hablando y toqué en la puerta, pero no contestó nadie. Toqué otra vez y asomé la cabeza. El médico me dijo que quién era yo, que me saliera de la consulta o no atendía a mi hija. Pero es incierto que lo agarrara del cuello", relató ayer el procesado, J. F. F., a preguntas de la Fiscalía.

El Ministerio Público, en cambio, sostuvo que, "en un estado de gran nerviosismo", J. F. F. se dirigió al facultativo y, agarrándolo del cuello y del pecho, le dijo que él también tenía hijos y que si le pasaba algo a su hija se iba a enterar. También le profirió insultos como "sinvergüenza" y le gritó que "lo tenía que matar", aunque no llegó a causarle ninguna lesión. El procesado lamentó ayer que no pudo estar presente durante el reconocimiento a su hija, y dijo que fue otro facultativo quien finalmente la asistió.

Tras el incidente, la intención de J. F. F. era presentar una denuncia contra el médico, pero la mediación de la Policía Local lo evitó, según narró ayer. "Al doctor lo conozco de toda la vida y a mi señora y a mi hija las ha atendido en otras ocasiones. No tengo nada en contra de él", aseguró. El Ministerio Público acusó formalmente a J. F. F. por un presunto delito de atentado a funcionario público, mientras que la defensa solicitó la absolución del padre: "El médico actuó de manera arbitraria al no permitir que estuviera presente durante la consulta, y por lo tanto no tuvo la actitud de funcionario", explicó.

El doctor, que renunció a ser indemnizado en caso de que el juez le dé la razón, expuso su versión: "Golpeó la puerta de forma contundente, entró y empezó a insultarme. Y luego me dijo que si a su hija le pasaba algo iba a matar a los míos. Se abalanzó entre la camilla y la mesa y me agarró del cuello. En ningún momento le amenacé con no asistir a su hija, pero me pareció más prudente que la atendiera otro doctor después del incidente", se excusó. Una auxiliar que fue testigo de los hechos coincidió en que el padre de la paciente "entró insultando y pegando voces". "Fueron todo golpes. Lo cogió del cuello y lo amenazó. Sentí miedo", narró la auxiliar de enfermería, que intervino como testigo.

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