Gastos Empresas e instituciones recortan todo lo que pueden su factura en actos lúdicos

Cuando las copas de Navidad sirven para que alguien coma

  • La indicación del PSOE de que se mantengan las recepciones de estas fiestas se debe a una queja general de los hosteleros: la crisis les está afectando de lleno

Es algo extendido que en las comidas de Navidad no se come. A lo sumo, se departe. Visto desde los comensales, eso es cierto. Pero para quien se dedica profesionalmente a servirlas, estas celebraciones son algo más que un momento de fraternidad. Los bolsillos de de las pequeñas y medianas empresas también están sufriendo los rigores de estos tiempos en los los gastos de protocolo y fiestas están siendo recortados. Por este motivo, el número de reservas para comidas de instituciones y empresas, algo que cada año se organiza "por tradición, para recompensar el trabajo bien hecho y pasar un buen rato", ha bajado considerablemente este año respecto al pasado.

El PSOE se ha hecho eco de esta queja y ha enviado un mensaje a las instituciones donde gobierna. Una cosa es la austeridad y otra, muy distinta, tomar decisiones que afecten a empresas y trabajadores. El secretario provincial de los socialistas, Juan Pablo Durán, ha pedido a sus representantes que mantengan estas citas navideñas dentro de la austeridad responsable. Si es necesario, ha pedido a los políticos de su partido que sufraguen mediante aportaciones este tipo de actos para no perjudicar a las personas que se dedican a ello.

La Asociación Provincial de Hostelería de Córdoba (Hostecor) ya cifró hace unso días el descenso de reservas en un 20%, algo que en algunos establecimientos va más allá y llega hasta el 40%. Los expertos apuntan a que las empresas están utilizando distintas estrategias para salir del bache, por lo que se están generalizando diversas técnicas desde hace unos años para reducir costes. Una de ellas -que no pueden realizar las instituciones- es realizar trueques de servicios entre las industrias. Otra es, simplemente, "dejar de celebrar la comida de Navidad", apuntó uno de los restauradores de la ciudad. Así, este año además de disminuir el número de comidas, los gerentes de los restaurantes señalan que "se mira más el precio y tiran a la baja el coste del menú", apunta el encargado de La Posada del Mandoble, José Muñoz.

Éste es uno de los establecimientos que se han decidido ya a hacer descuentos para grupos de diez o más personas para animar a los clientes y para adaptarse a los tiempos. Otros establecimeintos lo que han hecho es "ajustar al máximo el coste, pero sirviendo la misma calidad", manifiesta el gerente de La Gamba de Oro, Manuel López, quien indicó que una de las maneras es reducir la cantidad de comida que se sirve, ya que "la mayoría de las veces sobra comida en el plato". En Hermanos Santos, su dueño, José Santos, señala que este año "se nota que empresas e instituciones han dejado de hacer comidas y son los propios trabajadores los que se pagan su menú, de ahí que quieran una propuesta barata pero que lleve muchas cosas". Y es que satisfacer el bolsillo y el estómago en estos tiempos es muy complicado. En este establecimeinto, en lugar de hacer ofertas en menús han decidio "abaratar la copa de después", que es algo que "nunca falta en Navidad".

El precio del menú depende de lo que se exija, pero este año todos los restaurantes ajustan sus márgenes para poder ofrecer lo mismo a mejor precio. El coste por persona va desde los 25 euros a los 60, dependiendo del establecimiento y del mení, ya que no es lo mismo comer merluza que pez espada o carrillada que entrecot. Si se mantienen los ibéricos y el marisco, "los 40 euros no te los quita nadie", afirma López.

Las instituciones y empresas que todos los años reservaban ahora ya no lo hacen y los trabajadores que se deciden hacerlo por su cuenta, ya no están dispuestos a pagar lo que valía el menú de su empresa el año pasado, añade Paco Acedo, dueño de la popular taberna, quien apunta otra de las consecuencias de la crisis y es que las empresas y los grupos de trabajadores intentan que se rebaje "entre un 10 y un 15% el precio del menú con respecto a 2007".

De este modo, el menú que el año pasado se pagaba a 40 euros este año "no se quiere pagar más de 25 o 30 euros", y es que de la crisis "se quiere aprovechar todo el mundo", afirma Santos. Sin embargo hay establecimientos que dicen no acusar la crisis y que tienen reservas de hasta 300 personas, trabajadores de grades empresas cordobesas, dice José García Marín, de El Caballo Rojo, quien reconoce "la gente pide este año las cosas más asequibles".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios