Córdoba

Cuando comer es una tortura

  • La Navidad y las comidas familiares suponen un infierno para los enfermos que padecen anorexia o bulimia, sobre todo los que no están diagnosticados

La Navidad son días de fiesta que se celebran con la familia alrededor de una mesa con mucha comida, de ahí que no sea la época del año más celebrada por todas las personas. El motivo, entre otras cosas, es porque cuando en algunos hogares se suceden las comidas familiares hasta decir basta y los atracones son constantes, hay personas que no tienen qué llevarse a la boca y tienen que mendigar un plato de caldo en alguna de las organizaciones de beneficencia de la ciudad. Pero tampoco son unas fechas alegres para los pacientes de anorexia y bulimia, sobre todo para los que aún no están diagnosticados y ocultan su enfermedad con sus familiares y amigos. Para ellos estos días son un sufrimiento y una tortura, según señaló el presidente de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (Adaner), Antonio Ramos.

La Navidad supone para estos enfermos dos semanas dedicadas a engordar, un miedo que lleva a que cada año haya más jóvenes que padecen esta enfermedad mental. El enfrentarse a una mesa llena de comida les vuelve agresivos con la familia, la cual se dedica estos días más que nunca a llenar los platos con los mejores manjares. Asimismo, estos días ayudan a que algunos pacientes que están en tratamiento recaigan en la enfermedad.

En España hay aproximadamente 1,5 millones de personas que padecen anorexia o bulimia. En Córdoba, los pacientes han aumentado en el último año un 66 por ciento, según los últimos datos dados por la Unidad Mental Infanto-Juvenil del Hospital Reina Sofía. Asimismo, y desde que la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia abrió su sede en la provincia en 1997, los casos que tratan se han multiplicado por 15, según manifestó el presidente de Adaner en Córdoba, Antonio Ramos, quien señaló que en la provincia puede haber afectadas unas 2.500 personas. Sin embargo estas cifras son sólo la punta del iceberg, ya que la mayoría de las personas que padecen anorexia o bulimia viven en secreto esta enfermedad. Normalmente, los familiares son conscientes del problema cuando es demasiado tarde o cuando el enfermo decide ir al médico.

El tratamiento para este tipo de enfermedad mental suele ser largo, por lo que se debe llevar a cabo en una unidad específica con personal especializado, de ahí que el presidente de Adaner reivindique la existencia de una dentro de la comunidad, puesto que no la hay. Los principales factores de riesgo para padecer esta enfermedad en la sociedad de hoy es ser mujer, tener entre 13 y 17 años y hacer dieta. Otros agentes que influyen son tener una clara obsesión por la delgadez, ser perfeccionista en todas las facetas de la vida y tener miedo al rechazo de los demás así como falta de autoestima. Por este motivos, la Navidad condiciona no sólo al enfermo sino también a la familia, que en ocasiones es en estos días cuando conoce el infierno por el que pasa su ser querido.

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